Cómo afectan esas bases sociales en las aulas
¿Y si mi niño quiere ser una princesa? ¿Cómo lo acogería la familia, la sociedad, el mundo laboral?
Cortometraje: Mi vestido nuevo
La sociedad refuerza y justifica la fuerza de los niños, pero si esta fuerza se da en una niña se limita y castiga. Aquí está el problema, cuando las prácticas, los pensamientos y las emociones se dan fuera de los marcos preestablecidos se sanciona a la persona.
Estas condenas o represiones a lo largo de la historia han sido muchas y de maneras muy diversas (por ejemplo leyes que establecen la pena de muerte para personas homosexuales). Se dan no sólo a nivel legislativo sino también social. Si en la clase hay un niño que va vestido como una niña esto provocará risas, insultos, exclusiones, etc., “no es lo normal”.
De manera que, es momento de cuestionar las formas en que enseñamos y las herramientas que proporcionamos a las niñas y los niños para que puedan desarrollarse plenamente. Para lo cual, hemos de conocer qué pautas sociales resultan limitantes y cómo se construyen y se reproducen. Esto lo aprendemos analizando nuestra sociedad desde una perspectiva de género.
Si miramos la composición de nuestras aulas, la ocupación de los espacios, las pautas de comportamiento, la autoestima, las rutinas, entre otros aspectos, vemos que en la mayoría de los casos todo está dividido por razón de sexo.
¿Cómo se construye esto?