Conocimiento aplicado, llevarlo a la cotidianidad del alumnado
En apartados anteriores hemos señalado el hecho de llevar los conocimientos al ámbito de la cotidianidad. Que las personas vean que lo que se aprende lo pueden aplicar a su vida y les es útil para su desarrollo, es algo fundamental. Para esto, hemos de usar herramientas que trabajen desde las diferentes realidades en las que se encuentran las personas a que nos dirigimos.
En las temáticas de género, muchas veces, se cae en la teorización excesiva, se plantean cursos en los que se dan muchos conceptos y teorías que quedan alejadas de las oyentes, no atraviesan a las personas.
También, en caso de que apliquemos la perspectiva de género de forma transversal en cualquier otra materia, en ocasiones, por no tener formación sobre esto, se queda vacía y contradictoria la información que se comparte.
Para evitar esto, hemos de conocer el contexto en que nos movemos. Si desarrollamos un taller o clase con adolescentes de un barrio humilde y con pocos recursos, o si estamos formando a población de mujeres adultas, amas de casa, etc., hemos de variar mucho nuestras formas de trabajo.
Recomendamos que, primero, se conozca a la población y se hagan unas dinámicas iniciales para conocer desde dónde partimos y cuáles son las áreas de interés. Para eso, encontramos muchos recursos de dinámicas grupales en internet. También, hemos de aplicar los análisis de género a sus contextos.
Ejemplo sobre la aplicación de la perspectiva de género en temas concretos
En el ejemplo de las amas de casa, estará bien que llevemos la perspectiva de género a analizar el trabajo de cuidados que realizan en su familia y en su hogar. Si esto les permite acceder a áreas de ocio y formación, que ellas tengan; si pueden mostrar qué es lo que ocurre y trabajar en cómo pueden acceder a esos espacios./os
En el ejemplo de las/os adolescentes, es interesante trabajar desde las imágenes que lanzan desde la publicidad y diferentes medios audiovisuales del físico personal o de las relaciones de pareja. En caso de trabajar una asignatura específica, hemos de prestar atención a nuestra actitud, lenguaje, resolución de conflictos en clase, visibilizar aportaciones de las mujeres al campo que abordamos, etc. Todo esto es aplicar la perspectiva de género en la educación, desde nuestra actitud hasta la información que aportamos para el estudio.
El aprendizaje desde nuestras vivencias es clave para el cambio. Esto se debe aplicar tanto a las docentes como al alumnado.