El feminismo más reciente
A partir de los años 60 y 70 del siglo XX se comienzan muchos trabajos de análisis, reflexión e investigación que llegan hasta nuestros días. Autoras como Betty Friedam o Kate Millet sacaron a relucir temas relacionados con la construcción del género que hasta el momento no se habían abordado.
Se dio la circunstancia de que muchas mujeres salieron de sus hogares durante la Segunda Guerra Mundial para ocupar los puestos que los hombres dejaban libres. De hecho, hubo toda una campaña para que esto se llevara a cabo. Posteriormente, con la vuelta de los hombres, las volvieron a destinar a sus hogares. Para ello crearon la idea del “ángel del hogar”.
La imagen del "ángel del hogar", trae consigo la idea de la mujer realizada a través de la maternidad y su hogar, en el cual ella es “la reina” pues tenía (entre otras cosas) los electrodomésticos que le ayudaban. Esta imagen es muy Estadounidense y Betty Friedan con su libro "La mística de la feminidad" la cuestionó, siendo otro hito que revolucionó el movimiento feminista.
Hablé con muchas mujeres que habían pasado años en el diván del psicoanalista, trabajando su “adaptación al rol femenino”, sus bloqueos frente a su “realización como esposa y madre” (Friedan 2009[1963], 57)
No podemos seguir ignorando esa voz que resuena en el interior de las mujeres y que dice: “Quiero algo más que mi marido, mis hijos y mi hogar” (Friedan, 69)
Esta autora se sitúa en un contexto muy concreto, de Estados Unidos y de mujeres blancas de clase media. Teniendo en cuesta esto, hemos de poder de relevancia el impacto que supuso para muchas mujeres el tener respuesta a una sensación de “malestar” que las invadía cuando su vida (a vista de la sociedad) era completa.
Ya en la segunda mitad del siglo XX, muchas autoras fueron analizando las situaciones que se encontraban las diferentes mujeres, en diversos lugares del mundo y en distintas facetas (sexual, política, económica, social, cultural, entre otras). Autoras como Shulamith Firestone, Luce Irigaray, Luisa Muraro, Heidi Hartmann, Nancy Chodorow, Carol Gilligan Audre Lorde, bell hooks, Amelia Valcárcel, Celia Amorós, Ochy Curiel, María Lugones, Ziba Mir-Hosseini Vandana Shiva, Judith Butler, Tesera de Lauretis, Beatriz Preciado, entre otras muchas, han sido artífices de diferentes reflexiones, teorizaciones y análisis que ponen en cuestión los órdenes establecidos.
Todos los estudios y trabajos que se han hecho (y se siguen haciendo), desde los feminismos, son imprescindibles para realizar nuestra labor docente desde una nueva perspectiva. Gracias a ellos podemos cuestionar la realidad, entender algunos de nuestros “malestares”, tener nuevas personas referentes, otros modelos.
Esto se traduce en que ahora muchas niñas pueden saber que las mujeres también escriben, que descubren cosas, que son aventureras y pilotan aviones. Al igual que muchos niños pueden permitirse la máxima de que “los niños también lloran”, o pueden dar caricias, barrer la casa o jugar a las muñecas.
La apertura de estos límites impuestos posibilita un desarrollo personal más amplio y más acorde con nuestro ser, lo que puede facilitarnos el ser más felices y sentirnos más completas.
La cultura y las cotas sociales del mundo patriarcal hacen mella en nosotras al colocarnos en posición de seres inferiorizadas y secundarias, bajo el dominio de hombres e instituciones, y al definirnos como incompletas. (Lagarde 2000, 32)
El mito de la media naranja es uno de los análisis que mucha luz han arrojado sobre las relaciones de pareja y el amor romántico. Su conocimiento nos ayuda a comprender relaciones de dependencia y sumisión, especialmente peligrosas para las mujeres.
De forma que, el conocimiento de las teorías feministas y de los que estas proponen analizar es necesario para llevar a nuestras aulas una educación igualitaria.