Relación sexo-género: esencia/construcción
Como hemos expuesto en el apartado anterior, las categorías sexo y género se construyen interrelacionadas de forma dual. Se definen dos sexos biológicos y dos géneros, es decir, dos posibilidades de construirse socialmente a partir de dos biologías diferenciadas.
El sistema sexo-género se conforma definiendo el sexo como inmutable, por identificarse como una categoría biológica y el género como construido, por ser una categoría social. Ambas categorías están interrelacionadas de manera que resultan representaciones inamovibles. Pero, la realidad, es que estas categorías se transgreden constantemente tanto desde el ámbito práctico como discursivo.
Los navajo (América del Norte) identifican en el nacimiento a seres que denominan nadle. Su aspecto sexual les separa tanto de los varones como de las hembras y les da el privilegio de ocupar una posición en su sociedad que se denomina nadle. El género nadle está integrado por dos tipos de personas, los auténticos nadle y los que fingen que son nadle. Los que fingen, son personas cuyos genitales son masculinos o femeninos y hay más o menos el mismo número de unos que de otros entre los navajo. Caso etnográfico descrito en el libro de Martin y Voorhies (1975). La mujer un enfoque antropológico. Capítulo 4. |
Por lo tanto, aparecen nuevos análisis que van más allá de la idea de Simone de Beauvoir de “no se nace mujer, se llega a serlo” (Beauvoir, 1949). Con esta idea Beauvoir ponía en evidencia que el hecho de nacer con vagina no te hace ser mujer, es decir, no implica que te identifiques con la construcción social mujer.
Desde nuevas perspectivas, diferentes autoras (como Judith Butler o Teresa de Lauretis) plantean rupturas dentro de este sistema sexo-género. Se pone en cuestión la dualidad del sexo y del género, la conexión directa entre el sexo y el género, así como la idea del sexo como biológico y por lo tanto inmutable.