Resumen de la segunda parte: qué aporta la perspectiva de género a la labor docente
En la primera parte del curso, iniciamos nuestra andadura para tener una visión de la realidad desde la perspectiva de género. En esta segunda parte, hemos puesto de relevancia todo lo que aporta a nuestra labor docente.
Y es que, como hemos visto, la vida de las personas está marcada por esas construcciones de género. La desigualdad que estas provocan se pone de manifiesto cada día en nuestras aulas. Las representaciones de género que asumimos como normativas provocan conflictos, tanto individuales como colectivos.
Es responsabilidad del profesorado fomentar la igualdad entre las personas. La promoción de la misma no se puede llevar a cabo si no conocemos cómo se produce la desigualdad.
Los modelos que nos ofrece la sociedad son limitantes, ya que construyen representaciones de mujer y hombre que bloquean nuestro desarrollo como personas.
Es necesario enseñar a generar al alumnado sus propios referentes y a cuestionar los modelos con los que les bombardean desde los diferentes medios.
Para enseñar a construir nuevos modelos hemos de proporcionarles nuevas herramientas y capacidades. Si queremos que las cosas sean de otra forma, que haya una igualdad real y efectiva, hemos de educar de nuevas maneras.
Si no cambiamos obtendremos los mismos resultados. Si seguimos trasmitiendo ideas patriarcales, desde discursos y actitudes patriarcales, contribuiremos al fomento de la violencia de género, de la feminización de la pobreza, de la re-victimización de las mujeres, de hombres violentos, etc.
Para cambiar lo que trasmitimos hemos de hacer una toma de conciencia individual de cómo somos afectadas por los modelos vigentes. De ahí, mirar a nuestro alrededor e ir cambiando prácticas y discursos propios. Desde este punto, comenzar a trabajar con el alumnado con nuevas técnicas, materiales, objetivos, espacios, etc.
Pequeños cambios producen modificaciones muy relevantes.