¿Cómo le damos vuelta a los estereotipos de género?
Ya sabemos cómo identificarlos. Ahora podemos ver cómo, a través de nuestros discursos, podemos potenciar acciones y pensamientos más equitativos. Para conseguirlo, podemos:
1. Atribuir cualidades diferentes a mujeres y a hombres de las que habituamos a dar. Por ejemplo, no asociar siempre a las mujeres a cuestiones como la estética, el cuidado, la vida doméstica, las sensiblería; mientras que a los hombres siempre se les relaciona con el aspecto intelectual, la violencia, los puestos de mayor poder, etc.
2. Evitar nombrar a las mujeres por su condición sexual cuando a los hombres se les nombra por su posición social. Por ejemplo:
“Van en la lista 11 candidatos y 2 mujeres”.
3. No nombrar a las mujeres en su relación con el varón puesto que esto hace desaparecer su independencia como persona: Por ejemplo:
En este ejemplo resulta curioso que, aunque la detención se efectúa por la supuesta agresión a la joven, el papel protagonista es del joven puesto que ella queda relegada a la categoría de “novia de”.