Connotaciones
Existen numerosas connotaciones en torno a estos tres términos que acabamos de apuntar que tienden a generalizar estas tres definiciones tras las que se encuentran personas y realidades muy diferentes ente sí.
Así, las personas bisexuales tienden a ser tachadas de “viciosas” o necesariamente “promiscuas”. Es necesario desligar estos dos términos de una definición que no los incluye.
En todo caso, la promiscuidad, por ejemplo podrá estar igual de presente en una persona bisexual como en una heterosexual no teniendo la orientación sexual nada que ver con esto.
También, debido a estas percepciones, se suele hacer alusión a estas personas en relación con el VIH o con una moda determinada y pasajera.
Asimismo, muchas personas bisexuales suelen ser discriminadas por algunos gays o lesbianas que consideran que ser bisexual no es una orientación en realidad y que se trata de un período de “confusión”, “indefinición” o de “miedo” en el que la persona no se decide a dar el paso hacia el reconocimiento de que es gay o lesbiana.
Esta consideración no responde más que a un estereotipo más ya, que existen muchas personas bisexuales que viven su orientación sexual con total plenitud.
Por otra parte, los conceptos que más imperan sobre gays y lesbianas giran en torno a su apariencia o a si sus formas de ser son más o menos masculinas o más o menos femeninas.
Así, se tiende a pensar que las mujeres lesbianas tienen que tener a la fuerza una apariencia masculina o que deben asumir estos roles. Igual ocurre —al contrario— con los hombres gay.
Los insultos también suelen ir en este sentido: “machorra”, “camionera”, “nenaza”, “marica”, etc.
Debemos apuntar aquí que dar por hecho que una mujer por ser lesbiana tenga que ser masculina es un error tan grande como el de dar por hecho que un hombre gay tenga que tener (necesariamente) rasgos que normalmente se asignan a lo femenino.
Sin embargo, en el caso de que fuera así tampoco debemos entrar en discriminaciones ni hacer un “llamado al orden” en este sentido pues tanto mujeres como hombres tienen derecho a vivir esta condición como queramos (siendo más o menos masculinos o más o menos femeninas).