Repasando ideas
En nuestros primeros temas, hemos empezado a dar claves sobre cuál debe ser el tratamiento que reciben las personas y que, por tanto, recibimos para no caer y difundir estereotipos desde una óptica discriminatoria.
A continuación —y antes de seguir avanzando— haremos un repaso sobre lo ya visto:
- Antes de describir o hacer alusión a una persona, evitar que esa descripción responda a un número concreto de rasgos sobre ella bajo la intención de que esos rasgos la definan (de etnia gitana, gay, inmigrante, etc.). Es necesario, entender que las identidades son mucho más complejas que todo eso y preocuparse por saber las diferentes facetas de la misma antes de darla a conocer con juicios superficiales.
- Pensar en que cada rasgo de esta índole que destacamos con carácter previo al conocimiento de alguien, está cargado de estereotipos y de juicios de valor que, realmente, no aportan nada sobre la personalidad de nadie sino que lo que hace es registrar a alguien en concreto dentro de categorías generalizadas cargadas de ideas erróneas y discriminatorias.
- Destacaremos dichos rasgos cuando realmente éstos aporten a una determinada información y sean imprescindibles para entenderla en profundidad.
- Cuando hagamos esto último —y aunque la información sea pertinente— no debemos entrar en connotaciones estereotipadas sobre estos rasgos que destacamos. Por ejemplo, si Pedro (persona con algún tipo de discapacidad física) está hablando de barreras arquitectónicas, tiene sentido que rescatemos esta información pero no tiene sentido que, la forma de hacerlo, sea discriminatoria; por ejemplo, hablando de Pedro desde la pena o la compasión y no tratando su figura como la de una persona adulta y autónoma.