Conquista Romana de la Península Ibérica: Norte Peninsular
3ª etapa. Conquista del Norte Peninsular excepto la zona Cántabra (133 a.C.-29 a.C.):
Roma se encuentra ahora sumida en un proceso de sucesivas guerras civiles y luchas intestinas por el poder que acarreará la lógica crisis política en el Imperio, además de un período de decadencia; pero esto no es suficiente para frenar las ansias expansionistas romanas.
Se van a producir diversas expediciones a Galicia y Norte de Portugal, si bien, en la mayoría de los casos estas incursiones forman parte de las luchas de poder que ya mencionamos anteriormente, como las acaecidas entre Pompeyo Magno y Cayo Julio César entre el 49 a.C. y el 45 a.C.
De todos modos, los pueblos de la zona irán cayendo bajo dominio romano sin una excesiva resistencia.
4ª etapa. Conquista de la zona Cántabra (31 a.C-19 a.C.):
Augusto está cansado de las constantes incursiones de los galaicos, cántabros y astures en sus territorios, por lo que decide poner fin a las mismas.
No dudará en organizar sus ejércitos y dejar caer todo su poder bélico contra estos pueblos, que nada pueden hacer ante tan feroz ataque.
Es el golpe determinante que acabará con la resistencia organizada frente a los romanos, conquistando por tanto la totalidad del territorio de la Península y estableciendo las bases de la pacificación o "Pax Romana".