Contacto con otros pueblos: Griegos en la Península Ibérica
La presencia griega en la Península Ibérica comienza alrededor del siglo IX a.C.
Al igual que los fenicios pretenderán abrir nuevas rutas comerciales para obtener principalmente metales como el cobre, el estaño, la plata o el oro; además de tejidos, sal y esparto. No usarán la fuerza para conseguir estas materias, por lo que el contacto con los indígenas será pacífico.
Se introducirán en un primer momento por las costas catalanas gracias a los comerciantes que se expanden desde Massalia (Marsella, Francia). Poco a poco irán abriendo puntos comerciales en la costa levantina e incluso el sur peninsular. Como principales centros comerciales destacarán Empurión (Ampurias), fundada en el 600/575 a.C.; y Rhode (Rosas), fundada entre el 800 y el 775 a.C.; ambas en las costas catalanas; además de Hemeroskopeion (Denia) y Mainake (cerca de Málaga, pero sin ser ésta).
Estas ciudades serán autónomas, llegando a acuñar su propia moneda; lo que no significa que fuesen los únicos establecimientos comerciales estables, habría otros en las zonas geográficas anteriormente citadas, junto a otros enclaves de mucha menos importancia comercial (usados como puntos de descanso y contacto con los habitantes de la zona). Por lo que podemos denominar que existía un auténtica red comercial en la costa peninsular.
Colonización griega de la Península Ibérica.
Fuente: Universidad de Cantabria.
Web: http://ocw.unican.es/humanidades/historia-del-proximo-oriente/modulo-5/imagenes/colonizacion-griega-del-levante-de-la-peninsula
Los griegos se integran perfectamente, no usan la violencia para establecerse, no tratan de controlar la Península, y las relaciones comerciales con los habitantes peninsulares fluyen de manera correcta. Los intercambios no se hacen mediante trueque (por lo general), sino que usan ya la moneda, siendo por tanto uno de los "productos" que introducirán en esta zona junto al alfabeto, el torno de alfarero (además de cerámica, en este caso gris y pintada, muy valorada en la época), la vid (vino) y el olivo (aceite).
