Prehistoria en la Península Ibérica: Paleolítico Superior
Se data dicho período entre el 35.000 a.C y el 8.000 a.C.
Los grupos son ahora mucho más móviles y habitan en cuevas, aunque la suavización del clima y el uso de pieles como abrigo hace que también encontremos yacimientos de campamentos situados al aire libre.
Las técnicas de caza, como era lógico, evolucionan hasta el punto de crear armas arrojadizas. Ya no solo fabrican armas y utensilios con piedra (a la que sacan mayor provecho con la creación de puntas de flecha), ahora usan también como materia prima los huesos de los animales que cazan.
Si en el período anterior hablábamos de que se producen los primeros enterramientos, ahora se acompañan a éstos con ajuares funerarios, lo que indica la creencia de un más allá o algo parecido.
De esta época son también la gran mayoría de las pinturas rupestres que conocemos, unas obras que en su mayoría representan manos y figuras humanas, animales (bisontes, caballos, cabras, renos, etc.) y figuras de difícil identificación. Pero estas pinturas y grabados no son las únicas representaciones artísticas de los individuos de este período, sino que también realizaban estatuillas y objetos en piedra, hueso y otros materiales... todas ellas casi siempre con una finalidad mágica, casi como un talismán que asegurara la caza, la fecundidad de las mujeres, etc.
En el siguiente vídeo se explica de manera detallada y concisa el arte rupestre en la Península Ibérica: