La República: decadencia y fin
En el siglo I a.C., Roma se vio dividida por las Guerras Civiles. La causa: su poder y sus vastos territorios. Tras expulsar al último de los reyes, Tarquinio el Soberbio, los romanos crearon las instituciones de la República para que todo el poder no recayera en las manos de un solo hombre. Pero esas instituciones eran incapaces de controlar el territorio romano, que cada vez era mayor.
A pesar de las leyes, los generales romanos se volvían cada vez más poderosos. Apoyados en sus ejércitos, luchaban entre sí por el control unilateral de Roma. Primero fueron Mario y Sila, después Pompeyo y Julio César.
Este último fue el vencedor y logró tener en sus manos el poder absoluto de forma indefinida. Pero en el año 44 a.C. (el 17 de marzo) fue asesinado por un grupo de senadores con Bruto (su hijo adoptivo) a la cabeza, en un intento de proteger la República. Pero fue en vano. El fin estaba cerca.