El latín y su papel en la Historia
En una pequeña región de Italia llamada Lacio fue donde se fundó la ciudad de Roma. Aquel pequeño poblado poco a poco fue creciendo y ensanchando sus murallas, al mismo tiempo que conquistaba la hegemonía del Lacio para extender después su dominio por toda la península itálica, por toda Europa y parte de África y Asia.
Así pudieron los romanos dar el nombre de Mare Nostrum al mar Mediterráneo, pues realmente era suyo al encontrarse en medio de aquel inmenso territorio que ellos dominaban.
Las dotes de organización y el talento de legisladores, además de la disciplina y el genio militar de aquellos hombres hicieron posible semejante expansión. Pero no sólo nos legaron esos monumentos de piedra. El derecho que hoy día usamos es fundamentalmente creación de Roma, y el pensamiento y la cultura que tenemos es obra, ante todo, de Grecia, pero seleccionada, estructurada y difundida por los romanos.
Además de la trascendencia histórica y cultural del latín como lengua del imperio romano y madre de las lenguas romances, tiene una importancia capital en el campo del espíritu y de la ciencia por ser la lengua universal de la Iglesia Católica y por haberse mantenido, durante toda la Edad Media y gran parte de la Moderna e incluso de la Contemporánea, como el medio de expresión de todas las personas cultas y de gente de ciencia, de tal manera que todos los tratados filosóficos, matemáticos, históricos y científicos en general se escribían en latín.