Teorías
El término teoría designa, según el Diccionario de la Academia, una serie de leyes que sirven para relacionar determinado orden de fenómenos, así como hipótesis cuyas consecuencias se aplican a toda una ciencia o parte muy importante de la misma.
Las teorías son construcciones racionales, formadas por un conjunto sistemático de enunciados, que pretenden proporcionar una visión y explicación, con base en hipótesis y leyes vigentes contrastadas científicamente, de la composición, estructura, funcionamiento o evolución de un sector de la realidad (Sierra Bravo, 1984)*.
Por su parte, Bunge (1989, pág. 414)* afirma que: “Teoría designa un sistema de hipótesis entre las cuales destacan las leyes, de modo que el núcleo de una teoría es un sistema de fórmulas legaliformes”.
La investigación científica que comienza formulando conjeturas, hipótesis y elaborando leyes, culmina de alguna forma con la elaboración de teorías.
La actividad científica más profunda e importante se centra en torno a teorías y no a la recolección y acumulación de datos e hipótesis sueltas.
Es más, los datos se obtienen guiados por teorías y con la esperanza de concebir nuevas hipótesis que puedan, a su vez, ampliarse o sintetizarse en teorías.
El investigador científico no puede, por tanto, limitarse a una infecunda acumulación de datos sin más. Debe orientarse como última meta, a la elaboración de teorías que van a dar fecundidad a su labor científica.
Las teorías hacen progresar la ciencia, dan coherencia y explicación de los fenómenos y permiten la predicción. Suelen ser fecundas al orientar la investigación y sugerir nuevas hipótesis, orientando el progreso y posteriores desarrollos.
La ciencia en un campo concreto, comienza aventurando una serie de conjeturas y estableciendo hipótesis, con las que tratamos de relacionar una serie de variables de las muchas posibles, y establecer relaciones entre ellas.
De esta forma, se desarrollan hipótesis y se contrastan, descubriéndose relaciones entre hipótesis en principio aisladas.
La evolución de un determinado campo de la ciencia permite relacionar las hipótesis anteriormente aisladas, introduciéndose hipótesis más fuertes que no sólo contienen las anteriores, sino que producen generalizaciones inesperadas.
Como resultado, se constituye uno o más sistemas de hipótesis. Tales síntesis, caracterizadas por la existencia de una relación de deducibilidad entre algunas de sus fórmulas, se denominan sistemas hipotético-deductivos o teorías.
Los objetivos básicos de la construcción de teorías científicas, los cuales servirán para diferenciar entre las teorías que son científicas y las que no lo son, siguiendo a Bunge (1989, pág. 416)* son:
1. Sistematizar el conocimiento estableciendo relaciones lógicas entre entidades antes inconexas.
El progreso de la ciencia supone un aumento de la sistematicidad o coordinación.
Las diferentes hipótesis que en principio no se encontraban coordinadas, se van relacionando, formando un cuerpo sistemático y coherente para dar lugar a teorías.
2. Explicar los hechos por medio de hipótesis que impliquen las proposiciones que expresan dichos hechos.
3. Incrementar el conocimiento derivando nuevas proposiciones de las premisas.
4. Reforzar la contrastabilidad de las hipótesis sometiéndolas al control de las demás hipótesis del sistema.
* SIERRA BRAVO, R. (1984) Ciencias Sociales. Epistemología, lógica y Metodología Editorial Paraninfo Madrid.
* BUNGE, M. (1989) La investigación Científica . Editorial Ariel. Barcelona.
* BUNGE, M. (1989) La investigación Científica . Editorial Ariel. Barcelona.