Análisis cualitativo y cuantitativo de los componentes del aceite empleando Cromatografía Líquido-Gaseosa (GLC)
La cromatografía gas-liquido es una técnica de análisis cualitativo y cuantitativo, que consiste en la separación física de dos o más compuesto de una mezcla en estado gaseoso, basada en la diferencia de dos fases, una estacionaria (es la fase liquida) y la otra es móvil (un gas). Actualmente, éste es el método más demandado para analizar ácidos grasos.
Se dice que es técnica de análisis cualitativo y cuantitativo porque determina cuales componentes prevalecen en una mezcla y sus concentraciones (ejemplo: en una muestra de aceite pueden predominar los siguientes componentes con estas concentraciones: ácido laurico un 12,00 %; de ácido palmítico 14,7 %; y así con el resto).
Los pasos a seguir y funcionamiento del equipo es el siguiente: primero se convierte la muestra en esteres de metilo (esto aplica si la sustancia no es volátil como el caso de los ácidos grasos), y se inyecta una porción de ésta mezcla con una microjeringa a una cámara que trabaja bajo una temperatura determinada; luego la muestra se volatiliza y es trasladada (por un gas portador) al interior de una columna de relleno dispuesta en el equipo.
En la columna se inicia el proceso de separación: los componentes que son débilmente atraídos (solubles) por la fase estacionaria se desplazan con mayor velocidad y salen de primero; y de manera viceversa, los que son fuertemente atraídos se desplazan lentamente y salen de último, y es en ese momento de los desplazamientos cuando el detector emite una señal eléctrica que se convierte en una señal amplificada que indica la cantidad y el tipo de componentes existentes en la muestra.
A nivel de estudio de aceites, gracias a la cromatografía gas-líquido se puede determinar una variada gama de ácidos grasos presentes en los mismos tanto saturados (palmítico, laurico, esteárico, miristico, araquidico, behenico) como de origen insaturado (oléico, linoléico, linolenico, palmitoleico).