La lengua hispana a través de la historia
La lengua Hispana a través de la historia
La actual baja Andalucía y el sur de Portugal fueron asiento de la civilización tartesia, y la antigüedad nos ha transmitido curiosos datos acerca de ella.
La Biblia dice que Salomón enviaba sus naves a Tarsis de donde volvían cargadas de oro, plata y marfil. También los fenicios sostenían relaciones comerciales con el sur de España.
El profeta Isaías menciona las naves de Tarsis como símbolo de la pretérita grandeza de Tiro. Estas noticias responden al hecho indudable de que los dos pueblos navegantes del Mediterráneo oriental, fenicios y griegos, se disputaron el predominio de la región tartesa.
La pugna que acabó con la desaparición de las factorías griegas, barridas por los cartagineses, herederos de los fenicios, debió de acarrear la ruina de los Tartesios.
Esta hermosa historia de las lenguas de la Hispana, esta muy interesante, les va ayudar a entender determinados autores.
Las lenguas de la Hispana prerromana
El geógrafo griego Estrabón (época de Augusto) afirma que entre los naturales de la Península Hispana no existía lingüística. En el centro el oeste norte y noroeste las inmigraciones indoeuropeas dieron como resultado la extensión de lenguas precélticas (ligures o ambroilirias) y célticas.
En el sur llegó a haber núcleos de población púnico- fenicia que conservaron su lengua hasta el comienzo de la época imperial romana, en otros parece haber sido importante el elemento líbico. Independiente los turdetanos o tartesios tuvieron su lengua propia.
Según Estrabón contaba con algún cultivo en poemas y leyes versificadas.
El vascuence y las lenguas ibéricas
La península aceptó el latín como lengua propia olvidando sus idiomas primitivos, la región vasca conservó el suyo. No por eso permaneció al margen de la civilización que trajeron los romanos, la asimiló en gran parte.
El enorme caudal de voces latinas que incorporó, transformándolas hasta adaptarlas a su peculiar fonética es la mejor prueba del influjo cultural romano.
Humboldt vio en los vascos genuinos descendientes de los iberios, hay quien afirma que los dos pueblos son ramas distintas de origen caucásico.
Los vascos pudieron recibir la influencia de los iberios, pueblo de más elevado desarrollo cultural.
La lengua latina hispana
Romanización hispana
La segunda guerra púnica decidió los destinos hispánicos dudoso hasta entonces, entre las encontradas influencias orientales, helénica celta y africana.
En el año 218 a.C. empieza la incorporación hispánica al mundo grecolatino. Pero la pacificación del territorio no fue completa hasta que Augusto dominó a cántabros y astures (año XIX a.C.)
Como consecuencia de la conquista romana hubo en la península, una radical transformación en todos los órdenes de la vida: costumbres vestimenta organización civil, jurídica y militar, religión.
Con la civilización romana se impuso la lengua latina importada por legionarios colonos administrativos.
El latín
Entre las lenguas indoeuropeas la latina se distingue por su claridad y precisión. Idioma enérgico de un pueblo práctico y ordenador; el latín adquirió armonía al contacto con la literatura griega.
Tras un aprendizaje iniciado en el siglo III a.C. el latín se hizo apto para la poesía la elocuencia y la filosofía, sin perder por ello concisión originaria.
La península hispánica bajo el imperio
Al principio del imperio Roma gozaba de una serie de privilegios que no alcanzaban a las provincias; el derecho latino y más aún la ciudadanía romana, solo eran otorgados fuera de Italia como honor o recompensa.
El cristianismo
Conseguida la unificación de la lengua, faltaba la unidad espiritual, y el cristianismo vino a traerlo. Ayudó de forma eficaz a la completa latinización de las provincias. Muchos latinismos del vasco se deben a las enseñanzas eclesiásticas. En los romances la influencia espiritual del cristianismo ha dejado innumerables huellas.
Latín vulgar y particularidades del latín hispánico
Latín literario y latín vulgar
Desde el momento en que la literatura fijó el tipo de lengua escrita, se inició la separación entre el latín culto, que era el enseñado en las escuelas y al que todos aspiraban a escribir.
Mientras la lengua literaria se depuraba hasta llegar al refinamiento de las Odas de Horacio. El habla vulgar seguía apegado a usos antiguos pero a la vez progresaba en sus innovaciones, desarrolla tendencias existentes en el primer momento aunque repudiadas o aceptadas de forma parcial por la literatura.
Durante el Imperio las divergencias se ahondaron en grado considerable, el latín culto se estacionó mientras que el vulgar prosiguió el camino que había de llevar al nacimiento de las lenguas romances.
El latín vulgar Hispánico en relación con el resto de la Romania
El latín vulgar se mantuvo indiviso y en cierto grado uniforme durante la época imperial, pero esta unidad no implicaba falta de diferencias regionales.
Es difícil precisar cuáles de esas diferencias habían aparecido ya en el latín imperial y cuáles corresponden a la época romántica primitiva. Cabe distinguir en la Romania dos grupos lingüísticos bien caracterizados, el oriental (comprende la antigua Dacia cuna del rumano, Dalmacia y los dialectos de la Península Itálica), el occidental (constituido por Hispania Galia y norte de Italia).
En los romances occidentales el ritmo del lenguaje tiende a concentrar la fuerza espiratoria en la vocal acentuada, detrás de la cual no se tolera más de una sílaba.
Los romances orientales conservan gran número de esdrújulas.
Palabras populares cultas y semicultas
La civilización occidental ha heredado el latín en dos formas distintas, como lengua hablada madre de los idiomas románicos y como vehículo universal y permanente de cultura.
Según leyes fonéticas que distinguen el castellano de otras lenguas romances, son las palabras llamadas populares o tradicionales que constituyen el acervo más representativo de cada lengua.
En el siglo XIII cuando los poetas del mester de clerecía y Alfonso el sabio habilitaron el español para la expresión ilustrada, fueron muchas las voces latinas introducidas.
Transición del latín al romance. Época visigoda
Los germanos
En el año 409 un conglomerado de pueblos germánicos atravesaba el Pirineo y caía sobre España, poco después el rey visigodo Alarico se apoderaba de Roma.
Desde el siglo I los germanos comenzaron a alistar en las legiones, otros se establecían en territorio imperial como tributarios o colonos.
El elemento visigodo en español
La onomástica española cuenta con buen número de nombres visigodos acomodados a la fonética y morfología latinas y romances.
El romance en la época visigoda
Lo trascendental fue que a raíz de las invasiones hizo sobrevenir una gran depresión de la cultura, y se dificultaron las comunicaciones con el resto de la Romania.
Gracias a los dialectos mozárabes se sabe el punto que había llegado la transformación del latín vulgar de España a principios del siglo VIII.
Los fenómenos comunes eran muy distintos a los que más tarde habían de propagarse con la expansión castellana (harina - hiniesta), se hablaba pues un romance precastellano.
Los árabes y el elemento árabe en español
La civilización arábigo española
Los árabes sirios y berberiscos que invaden la Península no traen mujeres, se casan con hispano- godas. Entre los musulmanes quedan muchos hispano- godos, unos consiguen cierta autonomía otros se islamizan, pero todos influyen en la España mora donde se habla romance al lado del árabe.
Córdoba se convierte pronto en el centro de una brillante civilización islámica, florecen la agricultura la industria el comercio el lujo y los festines alternan con la música la danza y la poesía exquisita.
Califas y reyes tienen copiosas bibliotecas.
Al avanzar la reconquista caen en poder de los cristianos Toledo (1085) y Zaragoza (1118), comarcas con vida intensa. Los mozárabes que las habitan están arabizados. Los mudéjares y moriscos de las regiones que se van ocupando conservan sus creencias instituciones y hasta el uso de su lengua.
Alfonso el sabio(1252- 1284) reúne en su corte sabios judíos conocedores de la ciencia árabe al lado de letrados cristianos.
Vocabulario español de origen árabe
El elemento árabe después del latino es el más importante del vocabulario español, que le debe más de 4000 palabras.
Los moros eran hábiles agricultores, perfeccionaron el sistema romano de riegos que aprendieron de los mozárabes, de ahí los nombres: acequia, aljibe, alberca, algarrobas, zanahorias, berenjenas, alfalfa.
El término almacén recuerda al comercio musulmán, entre las pesas y medidas han perdurado muchas, arroba, quintal y fanega.
Las casas se agrupaban en arrabales o bien se diseminaban en pequeñas aldeas. A la vivienda musulmana pertenecen: zaguán, alcoba, azotea, celosías, tabiques, azulejos, alcantarillas, alfombras. Se entretienen con el ajedrez y los tahúres, se aventura con dinero en juegos de azar.
De origen sánscrito son: alcanfor, ajedrez; del persa: jazmín, naranja, azul, escarlata; los helenismos: arroz, alambique, acelga; abundan palabras latinas: alcázar.
Cuando a raíz de la invasión los árabes entraron en contacto con los hispanos godos sometidos tomaron de ellos la ch en las transcripciones árabes de voces romances.