Introducción a la técnica de decoración: Grisalla
Introducción histórica
La grisalla es la principal técnica que se ha utilizado a lo largo de la historia para la decoración de los vidrios, los primeros restos que se conservan pertenecen al siglo IX. Corresponden a representaciones figurativas religiosas de estilo románico, con rasgos lineales y simbólicos.
Detalle de vidriera románica, "Profeta Daniel"
(imagen de wikipedia, autor: Süddeutscher Glasmaler).
Creación de detalles
Mediante esta técnica se podía crear detalles que son imposibles de conseguir mediante el corte de las piezas de vidrio, como los pliegues de las vestimentas, o las facciones de los rostros, detalles ornamentales, florales o de fauna típica de la época, enriqueciendo la representación pictórica sobre el vidrio.
Detalles de la grisalla de una vidriera emplomada
(imagen de la autora: Verónica Muñoz-Repiso Rubio).
Antecedentes de la técnica
La técnica se mantiene prácticamente igual a lo largo de los siglos, aunque también se producen algunos avances.
Amarillo de plata
En el siglo XIV se descubre el amarillo de plata, compuesto por sales de plata y ocre, el cual se fija al vidrio mediante la cocción sin necesidad de fundentes.
Este descubrimiento da lugar a grisallas de colores como el amarillo, verde, azul y otros como la sanguina, de color rojizo. Este último se utiliza a partir del Renacimiento para representar las carnaciones.
Desde entonces, la variedad de tonos en la grisalla consigue que las escenas tengan más detalles en los rostros, ropajes y cabellos. La pintura sobre el vidrio adquiere importancia sobre la propia técnica de construir vidrieras.