Preparación de la masilla
El siguiente paso, una vez que tenemos pegadas las piezas, es realizar la masilla con la que se van a rellenar los huecos que se han dejado entre las piezas de vidrio.
La masilla se compone de pigmento negro en polvo, aceite de linaza puro y yeso.
Para realizar la masilla necesitaremos un recipiente donde elaborar la mezcla. Las herramientas que se van a utilizar son espátulas de diferentes tamaños.
Las proporciones son variables según el tamaño de la vidriera. En todo caso es recomendable hacer más cantidad de la necesaria.
Pasos para la elaboración de la masilla:
1º. Aplicamos el yeso en el recipiente (máximo 3 cucharadas soperas).
2º. Añadimos aceite de linaza puro.
Advertencia: el aceite de linaza nos sirve de aglutinante, pero debemos echarlo con medida, pues no interesa que la masilla quede muy aceitosa, necesitamos que sea más bien una textura pastosa para poder manejarla a la hora de aplicarla en los vidrios y se fije adecuadamente.
3º. Movemos la mezcla hasta que nos quede una pasta uniforme, que esté bien mezclado el yeso con el aceite de linaza.
4º. Añadimos el pigmento negro. La cantidad que utilizamos es opcional según la tonalidad que queramos que adquiera la masilla.
Advertencia: el pigmento negro es muy potente, así que si deseamos una tonalidad grisácea debemos echar muy poco pigmento, es recomendable echar el pigmento poco a poco, mezclando con la masilla hasta que encontremos la tonalidad deseada.
Masilla elaborada:
Nota: la masilla negra se puede comprar en tiendas especializadas de manualidades o artesanía.
*Fotografías cedidas por Making ArtGlass.