Implantación del Plan
La implantación de un plan de calidad, consiste en un conjunto de principios, métodos y recursos organizados estratégicamente para movilizar a toda la empresa, con el fin de satisfacer las necesidades del cliente al mínimo coste.
La puesta en práctica del plan de calidad se desarrolla en una serie de etapas e implica la coordinación de numerosas actividades y personas:
1.- Diagnosis del problema. Partimos del análisis de las tareas críticas y de los elementos generadores de errores.
2.- Participación del personal. Las aportaciones de todos son importantes. Desde la necesaria implicación de la dirección a la participación de todos los niveles jerárquicos.
3.- Fijación de Objetivos. Es preciso definir claramente, de forma precisa y numérica los objetivos. Por ejemplo el tiempo máximo para atender a los clientes.
4.- Control y evaluación. Se establece un sistema de medición para comprobar regularmente el cumplimiento de los objetivos.
Es por tanto, preciso medir regularmente la calidad del servicio, para comprobar el cumplimiento del plan y en su caso tomar medidas correctoras. El proceso de medición de la calidad del servicio suele incorporar varios elementos:
- Establecer las principales dimensiones del servicio.
- Medir las expectativas
- Medir las percepciones del cliente
- Evaluar la importancia que los clientes asignan a cada atributo.
- Analizar la percepción de los clientes respecto a empresas competidoras.
Se trata por tanto, de establecer una lista de los principales atributos que los consumidores relacionan con la calidad del servicio y realizar una medición regular. Por ejemplo, Mc Donals tiene identificadas varias áreas relacionadas con la calidad percibida: El aspecto del establecimiento, la limpieza, el producto, el servicio atento, la ausencia de errores en el proceso de servicio. Regularmente realiza encuestas a sus clientes para comprobar el cumplimiento de los parámetros de calidad.
Del mismo modo las entidades financieras realizan periódicamente encuestas entre sus clientes para medir la calidad y el grado de satisfacción con el servicio. Por ejemplo, Ibercaja mide mediante encuestas telefónicas la satisfacción del cliente en diez atributos concretos:
- Cortesía y amabilidad de los empleados
- Los tiempos de espera
- La dedicación del tiempo necesario al cliente
- La disposición por resolver sus problemas
- La eficacia en la resolución de las gestiones
- El asesoramiento que le proporcionan
- La rapidez con que realizan sus encargos.
- La claridad de la explicaciones que le dispensan
- El trato personalizado que le dispensan
- La respuesta a sus quejas
Ibercaja ha suministrado a todos sus empleados un manual de estilo que recoge, los criterios generales de atención al cliente y las normas de excelencia exigibles a toda la plantilla. Este documento establece las normas de atención al público en los distintos escenarios: desde la atención telefónica o la solución de quejas y reclamaciones, hasta la gestión de la imagen de la oficina, el cuidado de los cajeros o la gestión de los tiempos de espera.