Recibimiento de Clientes a su Negocio
Va de cuento: Fui llamado a una entrevista con el director general de una importante empresa de protección jurídica automovilística.
Desde que llegué a la dirección, el policía me recibió con gran amabilidad y después de haber checado que sí estaba citado, me hizo pasar a la recepción. Al llegar ahí, la recepcionista me sonrió y me dijo que esperara un momento; amablemente me ofreció té, café, agua o un refresco y me pidió que me sentara.
No habían pasado más de 2 minutos, cuando la secretaria del director general vino por mí y me acompañó al despacho del jefe. Estando ahí, el director se levantó de su silla y me encontró a mitad de su oficina; estrechó mi mano cálidamente, mientras me daba la bienvenida y me agradecía que hubiera aceptado la entrevista. Me invitó a sentar en uno de los 2 sofás forrados en piel; comenzó la entrevista y así empezó mi ingreso, como director de mercadotecnia en esta importante empresa.
Gran parte de mi decisión de aceptar el puesto no fue tanto por el dinero o el puesto mismo, sino porque la recepción que se me brindó, desde la caseta de policía a la entrada de la empresa, fue fuera de serie. Me hicieron sentir muy importante y como si estuviera en casa.
Pero lo más importante es que una vez que comencé a colaborar en esta empresa, pude percatarme que ese buen trato que me habían dado, era el mismo que se brindaba todo visitante: clientes, proveedores, cobradores, mensajeros, etc.
Todos los integrantes de la empresa habían adoptado esta filosofía y manera de tratar a cualquier visitante sin importar rango, clase social, sexo, edad o condición.
Nunca, en los 3 años en que laboré ahí, vi a nadie hacerle jeta a alguien (ya fuera compañero o visitante); todo mundo tenía bien puesta la camiseta y también sabían que el capital más importante con que contaban todos eran los clientes.
Colofón de este capítulo: “Trate a los demás, como a usted le gustaría que fuera tratado por los demás”.