¿Se puede hacer Marketing Sin Administración?
No se puede concebir una mercadotecnia exitosa sin el apoyo de una buena administración. Y así, existen millones de negocios en nuestro país que se manejan con una administración incipiente (que empieza a manifestarse) y raquítica, y con una ausencia total de mercadotecnia. Y si no, observe cualquier mercado sobre ruedas y a un gran número de comercios formales (tlapalerías, boneterías, farmacias, carnicerías, misceláneas, funerarias, licorerías, fondas, antojarías, restaurantes, hoteles, panaderías, etc.), no tienen la más remota idea de una buena administración, y una ausencia total de una cultura mercadológica.
1. El primer punto para una buena administración no es cuidar el dinero, sino saber planificar.
2. El segundo punto es saber organizar (empleados, maquinaria, recursos, departamentos).
3. El tercer punto es saber dirigir el negocio y a su personal.
4. El cuarto punto es saber integrar un buen equipo de trabajo.
5. El quinto y último es saber controlar. Recuerde que no se puede controlar lo que no se puede medir.
A continuación le voy a dar las 10 fallas más comunes en la administración que hacen dueños, gerentes y jefes.
Las Principales Fallas de Gerentes y Jefes
1) No cuentan con metas, planes y objetivos específicos que les permita aprovechar las oportunidades que les ofrece el entorno y el mundo.
2) No tienen los conocimientos necesarios, ni tampoco, la disposición para adquirirlos.
3) No han introducido técnicas que les permitan un uso óptimo del tiempo.
4) No saben aprovechar las reuniones; ni asisten, ni las hacen, ni les importa, ni saben cómo hacerlas.
5) No tienen la capacidad para delegar responsabilidades, lo que les distrae realizando actividades que no les corresponden; cuando deberían hacer cosas más importantes.
6) No aprovechan adecuadamente a su personal.
7) No planifican apropiadamente sus actividades, ni se esfuerzan por lograr una estructura organizada eficiente.
8) No cumplen adecuadamente su función en la toma de decisiones.
9) No utilizan las comunicaciones de un modo adecuado para obtener la máxima colaboración de su personal y una imagen positiva en el mundo exterior.
10) No se capacitan, ni toman cursos, ni creen en ellos.
¿Cómo la ve?, ¿Se identifica usted con alguna o algunas de las fallas?... No se apure, ahora que ya sabe de qué “patita cojea,” póngale remedio.
Una buena administración es, en parte, sentido común y lógica. El padre de la administración fue un ingeniero norteamericano llamado Frederick Taylor (20 de marzo de 1856 - 21 de marzo de 1915).
Fue un ingeniero mecánico y economista promotor de la organización científica del trabajo y es considerado el padre de la Administración Científica. Gracias a él, se sentaron las bases para hacer eficiente el cómo trabajar, dónde trabajar (el lugar en que se ponen las diferentes máquinas y herramientas) y cómo trabajar (sin desperdicios; con calidad; con eficacia y eficiencia) y trabajar bien (la máxima producción en el menor tiempo).
Va de cuento: Tuve un cliente; un ingeniero especializado en la reparación de diversas máquinas de oficina: calculadoras manuales, máquinas de escribir, computadoras de oficina, impresoras láser y de chorro de tinta, relojes checadores de asistencia diaria al trabajo, así como de otras máquinas de oficina.
Mi relación de asesor se dio cuando, sin conocerlo aún, llamé a su oficina para pedir un técnico para que me checara una impresora láser. Pasadas unas 2 horas, llamaron a la puerta y era un joven que se presentó como el técnico que yo había solicitado. Lo hice pasar para que revisara la impresora y minutos después me dijo que se la tenía que llevar para revisarla con los diversos aparatos que estaban en el taller de reparación.
Fue entonces cuando le dije hágame un recibo de la impresora, deme una copia de la orden de trabajo con el presupuesto y la fecha de entrega. Me contestó que no tenía nada de lo que yo le había pedido y que no me preocupara, que ellos así trabajaban (al puro sistema del Oro, Méx.). Fue entonces que llamé a su jefe (el ingeniero) y le hice ver todas las fallas que había detectado en el servicio al cliente.
Estuvo de acuerdo y fue cuando le propuse me asesoría en mercadotecnia y servicio al cliente. El ingeniero aceptó el trato (varios de mis clientes los he captado en esta forma).
Todo este cuento viene a colación porque cuando fui por vez primera a su taller, me encontré con varios cuartos en un completo desorden: piezas sueltas por aquí y por allá, calculadoras despanzurradas por doquier, computadoras abiertas, sumadoras incompletas, en fin, el caos.
Él era un técnico brillante y sus ayudantes también lo eran pero su empresa estaba “patas para arriba” y esta falta de orden y que no hubiese un sistema de producción (reparaciones) repercutía en la entrega en modo, tiempo y forma, y en el sano crecimiento de esta empresa.
Era un negocio con buen personal (técnicamente hablando) pero sin el menor asomo de administración, mercadotecnia, servicio y atención al cliente. Era el clásico negocio que iba bien “a pesar de ellos mismos”.
Después de un año de capacitación en administración, en mercadotecnia y de atención y servicio al cliente; así como una remodelación de los talleres de reparación, el negocio iba “viento en popa”. Y así como este ejemplo, existen cientos de miles en nuestro país; pero a pesar de todo…
Colofón de este capítulo: “Un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar”.