Pilares de la marca personal ¡Defínete!
Nos interesa muchísimo insistir en que es necesario pararse mucho tiempo en una correcta planificación y definición de la marca personal. ¡Tómate todo el tiempo del mundo en esto! Esto es así porque si se percibe que tu marca (que al fina es tu producto) no está bien definida, tu público entenderá que tu producto no lo vale.
Nada se castiga más en un producto que las incoherencias del mismo, así que definirlo bien es urgente. Para ello necesitas estudiar en primer lugar ¿cuál es tu público objetivo y cómo van a ser más eficaces tus mensajes para éste?
Tu público objetivo es aquel en el que quieres promover un efecto concreto: quienes te van a buscar para un empleo, quienes te van a llamar para una entrevista, etc. Es importantísimo tener a este público en cuenta para planear tu estrategia y definir el tono de tus mensajes. Por ejemplo, ¿tiene sentido generarme una imagen desenfadada y que mi marca personal tome ese tono si lo que más se valora en mi entorno de trabajo es la presencia seria? No sería una estrategia inteligente, ¿verdad?
Por tanto, la definición de tu nombre de marca y de tu tono tiene que ir en ese sentido. Asimismo, es necesario encontrar el equilibrio y no confundir seriedad y profesionalidad con imitar lo que se ha hecho antes. No está de más innovar un poco sin que esto signifique buscar siempre en el absurdo. ¿Lo captas? En definitiva, ¡Busca tu equilibrio entre ser tú y lo que causa efecto! Y, si sabes de entrada que algo no te funciona, por mucho que te guste… ¡No insistas!
La planificación, además es fundamental para evitar estas situaciones en las que las personas van cambiando de estrategia sobre la marcha. Esas cuestiones se notan enseguida y tu público lo notará, así que es mejor tomarse mucho tiempo en definir las cosas.
En ese sentido, unos cuantos puntos
Tu marca personal tiene que producir resultados. La generas para ello. Si no tiene resultados concretos (más contactos, más visibilidad de tu imagen, más llamadas, etc.) intenta darle la vuelta porque es evidente que algo falla.
Tu leitmotiv es la diferenciación. Busca lo que te hace diferente.
No sabes de todo y no es necesario que sepas de todo. Sé bueno o buena en algo y explota la especialización. En la actualidad lo que vende es la especialización. La humildad suma puntos y a veces un “interesante, no lo sé pero lo voy a estudiar” nos hará tener una buena imagen ante el resto.
Cree en ti y sé fuerte. Y cree en ti una vez más…
Ten una claridad nítida en tus metas. Si lo tienes claro en tu mente, rodará: si no… no lo hará. ¡Así de simple!
Haz siempre lo mejor. No hagas chanchullos. Siempre que hagas algo: un artículo en tu blog, una entrada para un medio de comunicación, un entrada en tu Facebook… hazlo lo mejor posible. No hagas por hacer y valora la calidad. Quizás no te llevaste mucho dinero por ese artículo pero lo puedes presentar a un premio y ganarlo: recibirás el triple. De lo que hacemos bien siempre obtenemos beneficio. Lo que hacemos de manera mediocre no nos da beneficios ni económicos ni en visibilidad.
Busca la autenticidad. Sé una persona auténtica: no finjas.
Quítate de encima a la gente que te roba la energía y el tiempo. Así de claro. ¡Córtales! No les necesitas.
No tengas prisa. Ya te lo hemos dicho varias veces en este curso pero no está de más recordarlo. ¡Ten paciencia! Una semilla aquí, otra allí y a esperar sin prisa pero sin pausa.
Estudia y pon en marcha tus ideas. No dejes de estudiar: siempre debes estar aprendiendo. El tiempo que empleas en pensar que lo sabes todo, es el momento en que otra persona te está adelantando.
No pienses en términos de éxitos y fracasos. De los fracasos es de donde más se aprende. El único fracaso es no levantarse después de una caída.
Une los ámbitos de tu vida. Tus pasiones y tus cuestiones personales pueden formar parte de tu trabajo, ideas, entradas de tu blog. La gente que conecta es la gente creativa. ¡Ya lo decía Steve Jobs! Crear es conectar ideas.
¿Te ha quedado claro?