Climatización racional. Control de la temperatura
Al principio del tema anterior, se establecía que junto a la iluminación eran los aislamientos y los equipos los que condicionaban el consumo eléctrico de un negocio. Dejando atrás los aparatos eléctricos y electrónicos, que son necesarios para el desarrollo de una determinada actividad y para los que, como ya se ha visto, hay que realizar una gestión de compras encaminada a adquirir los más eficientes y con las mejores tecnologías disponibles; hay un concepto que enlaza perfectamente con lo anterior y es el de climatización racional o inteligente que, como vamos a ver, depende fundamentalmente de los cerramientos y de las características de los aparatos que producen frío/calor.
Para una climatización adecuada es necesario estudiar previamente que necesidades tenemos y las características de nuestra actividad, para poder decidir sobre las siguientes cuestiones:
1. Sistemas centralizados frente a sistemas individuales: Si dentro de una instalación son muchos los puntos donde es necesario controlar la temperatura, será mejor recurrir a sistemas centralizados por los siguientes motivos:
a. Menor consumo de energía global.
b. Menor inversión económica en equipos.
c. Posibilidad de acceso a mejores tarifas eléctricas o precios de los combustibles dependiendo del caso.
Pero si los lugares a climatizar son reducidos, deberá recurrirse a la instalación de equipos pequeños en ubicaciones estratégicas.
2. Elección de equipos: Los aparatos de climatización deben tener un buen rendimiento energético, es fundamental para ello conocer las especificaciones técnicas marcadas por el fabricante, normalmente se utilizan códigos numéricos, de colores o de símbolos (como estrellas) para hacer saber al consumidor lo eficiente que es el producto. Además, deben tener unas proporciones ajustadas a los requerimientos de frío/calor del negocio, habrá que dimensionar por tanto la instalación conforme a esa demanda.
Si se opta por utilizar sistemas eléctricos de climatización, la mejor solución parece la bomba de calor que produce entre 2 y 4 kWh térmicos por cada kWh eléctrico que la alimenta. También son aconsejables los equipos tipo inverter que son más eficientes que la bomba a bajas temperaturas.
Pero a la hora de calentar o enfriar una habitación, serán siempre más eficientes soluciones no eléctricas. Dentro de estas serán preferibles las soluciones renovables al uso de combustibles fósiles, aunque dentro de estos últimos el gas natural es el que mejor rendimiento energético presenta, por lo que es el más económico y sostenible.
3. Adecuación y mantenimiento: Si la instalación para la climatización de un edificio, una nave o un local es suficientemente compleja, se necesitarán técnicos especializados para la regulación y conservación de la misma. En ciertos países el adecuado mantenimiento de estos equipos es obligatorio por ley y sólo ciertas empresas debidamente acreditadas por el gobierno se pueden encargar de esta tarea. Este es el caso de España, donde además se exige un plan de mantenimiento preventivo, un programa de gestión energética y el sometimiento a inspecciones periódicas (cada 4 años) para certificar la eficiencia de la instalación.
En cuanto a la regulación, es necesaria la adecuada ubicación y configuración de los termostatos que realizan el control de temperatura en nuestras instalaciones, para conseguir amortiguar los cambios de temperatura a lo largo del día y del año, mantener un equilibrio lógico con el exterior y unas condiciones de confort constantes, que no hagan a los trabajadores pasar frío en los meses de verano y calor en los de invierno.
Pero hasta el momento el estudio se ha centrado en las instalaciones de climatización propiamente dichas, y poco se ha hablado de un factor fundamental para alcanzar la eficiencia energética de las mismas: el aislamiento del edificio. La envolvente del local o nave condiciona el gradiente térmico que se produce entre el interior y el exterior, de tal manera que cuanto mayor sea la diferencia de temperatura entre ambos mayor será la tendencia a que se produzca un flujo de calor hacia el exterior (en invierno) o hacia el interior (en verano).
La eficacia de esta barrera dependerá de tres factores:
1. Los cerramientos: Constituidos por las paredes, muros y cubiertas.
2. Los huecos: Que son las ventanas, ojos de buey, claraboyas, etc.
3. Los puentes térmicos: Englobarían a los materiales que hacen de juntas entre las dos categorías anteriores que al ser, por lo general, de un material y espesor diferente transmiten el calor de distinta forma.
Para comprobar en qué puntos se produce mayor intercambio térmico, la mejor técnica es realizar una termografía sobre las fachadas exteriores de nuestro edificio. Este estudio consiste básicamente en la representación gráfica de los datos recogidos por una cámara termográfica que capta la radiación infrarroja, y convierte la energía radiada en información sobre temperatura.
Consejo: Escribir en el buscador de vídeos “termografía aplicada a rehabilitación de edificios”.
Una vez que se conocen las debilidades térmicas de la envolvente se pueden aplicar medidas correctoras sobre cada uno de sus elementos:
1. Cerramientos: no tienen por qué ser transformaciones costosas, una lámina de poliuretano, de corcho o de fibra de vidrio, de 3 cm. de espesor, tiene la misma capacidad aislante que un muro de piedra de un metro de grosor. Actuar sólo en aquellas paredes que separen compartimentos climatizados de lugares no acondicionados, aplicar tratamientos sobre lo ya construido (como la espuma de celulosa, que puede aumentar hasta en 5 veces la capacidad aislante de un muro) o hacerlo sólo en las zonas más sensibles (como el techo, por el que se escapa la mayor parte del calor y donde es más fácil trabajar), pueden ser medidas selectivas si no se cuenta con un presupuesto holgado para acometerlas todas.
2. Huecos: La capacidad de aislamiento de una ventana dependerá del tipo de vidrio, del número y del grosor de sus capas. El doble acristalamiento reducen hasta en un 50% las pérdidas con respecto al sencillo y aisla también del ruido. Lo deseable es que se prevea su instalación desde el diseño del local pero puede implantarse fácilmente con pequeñas reformas. Los cristales tintados son una buena solución para lugares donde existe un exceso de radiación solar (algunas láminas metalizadas pueden rechazar hasta el 80% de la radiación incidente) y los grandes ventanales transparentes para el caso contrario.
Otro punto de pérdida de calor importante son las puertas, especialmente en aquellas superficies comerciales con un flujo incesante de entrada y salida de clientes, instalar puertas dobles, giratorias, de apertura y cierre automáticos o instalar una cascada de aire transversal sobre la entrada, pueden evitar importantes pérdidas de frío/calor. En lugares sin tanto tránsito la instalación de burletes al pie de las puertas reduce sensiblemente las pérdidas.
3. Puentes térmicos: El tipo de carpintería y materiales utilizados en los marcos y juntas determinarán las pérdidas que se vayan a producir. Los marcos de aluminio son buenos conductores por eso se suelen incorporar separadores de plástico en el interior del perfil. A esto se le llama rotura del gradiente térmico y consiste en instalar un mal conductor de temperatura entre la parte exterior e interior del marco.
Otras ideas inteligentes para reducir el consumo energético en climatización son:
1. En lugares cálidos cabe instalar toldos o viseras sobre las ventanas en las que incide directamente la radiación solar, así como cortinas o persianas que regulen la entrada de luz natural exterior.
2. Instalación de muros Trombe, que consisten en disponer una lámina de vidrio sobre una pared pintada de negro (formando una cámara de airte), orientada hacia el sur en el hemisferio norte y hacia el norte en el hemisferio sur, a objeto de captar la mayor radiación. Con la cámara cerrada, las aberturas en la parte superior e inferior de la pared permitirán la circulación de aire caliente al interior del habitáculo, cerrar la abertura superior abriendo la cámara de aire permitará refrescar el interior del local en verano.
3. Disponer pantallas vegetales frente a la fachada puede favorecer la conservación de la temperatura interior del edificio ya que actúan como barreras al viento, amortiguan la temperatura, dan sombra a la vez que permiten el paso de luz y proporcionan otros beneficios como la retención de partículas o su función como barreras visuales.