Consumibles y materias primas
Uno de los inputs fundamentales con el que trabajan las empresas son las materias primas, que como ya se ha dicho van a formar parte intrínseca del producto final (el litio de las baterías, el silicio en las placas solares fotovoltaicas o la harina en el pan). Sin embargo, dentro de esta categoría se pueden englobar materiales de muy diferente naturaleza, que pueden haber sufrido transformaciones previas (la mermelada utilizada en pastelería) o no (la cebada en la industria cervecera).
Es más, el análisis se complica al considerar aquellas otras materias necesarias para la fabricación de un producto o la prestación de un servicio que sin llegar a formar parte del mismo son fundamentales para conseguir el objetivo (el combustible que alimenta los hornos de cerámica, los detergentes utilizados por las limpiadoras de un hotel o las bolsas de plástico de un supermercado).
Para diferenciarlas se pueden usar diferentes métodos, como observar si son directamente imputables o no al producto final (para hacer una camisa se necesitan una decena de botones pero no sucede lo mismo con las servilletas de un restaurante) o si forman parte del servicio o producto principal o son accesorias (por ejemplo el agua para riego de zonas verdes). A estos materiales se les conoce como consumibles y se encuentran en todos los tipos de empresa existentes.
No obstante, es muy difícil controlar que es una materia prima propiamente dicha y que un consumible en determinados negocios, sobre todo en los de prestación de servicios (la gasolina del autobús urbano, el papel timbrado en una notaría o las jeringuillas en un hospital), por lo que aquí se englobarán todos en la misma categoría, la de materias primas.
Pues lo importante es controlar el consumo de recursos dentro de una organización, para alcanzar la máxima eficiencia en la prestación del servicio o en la fabricación del producto que se trate. En este sentido, a continuación se van a dar una serie de premisas que deben guiar al gestor en la tarea de optimizar el empleo de materias primas:
1. Naturaleza de las materias primas: Se pueden conseguir resultados idénticos o incluso mejores utilizando materiales de los que se requiera una menor cantidad para producir la misma unidad de un bien o servicio. En la construcción se están imponiendo los elementos prefabricados que además de eliminar la aparición de los rechazos propios de la construcción tradicional, favorecen la ejecución de obras de manera más rápida y sencilla, y permiten su desmantelamiento por desmontaje (la mayoría de ellos van atornillados) en vez de la costosa y perjudicial demolición (ya que tradicionalmente en las obras de construcción se usan conglomerantes hidráulicos como el cemento), entrando en escena la posibilidad de reutilizar materiales en el primer caso que no permiten un nuevo uso en el segundo.
Consejo: Escribir en el buscador de vídeos “hotel en 6 días”.
2. Método de trabajo: Las técnicas empleadas por los operarios de una fábrica o por los trabajadores de una empresa de servicios, condicionan fuertemente el consumo final de materiales por parte de cualquier organización. Generalmente es muy útil dedicar tiempo a la formación de los trabajadores que llegan a una empresa, pues el método de trabajo que adquieran condicionará el modo de realizar su tarea, y por tanto el consumo de recursos para la prestación de un servicio o la elaboración de un producto.
3. Mejores tecnologías disponibles: Se trata de averiguar, si los medios mecánicos y técnicos utilizados en la producción o prestación del servicio, pueden ser sustituidos por otros que consigan los mismos resultados con un menor consumo de materias primas. Como el ahorro de agua que ha supuesto sustituir el riego por aspersión por el riego por goteo en invernaderos, viveros y otras explotaciones agrícolas.
En ambas imágenes se ha marcado con círculo rojo el medio de riego empleado, aspersión (en el primer caso) y riego por goteo (en el segundo). Mientras que en la primera se observa un entorno encharcado, en la segunda puede verse un sustrato de soporte relativamente seco, lo cual indica que el primer método produce pérdidas sensiblemente superiores al segundo y que deberá ser sustituido por este siempre que la calidad de la producción no se vea afectada.
4. Mejoras en el diseño: El empleo de materiales para la fabricación de un determinado producto puede verse fuertemente reducido con mejoras en el diseño. Un claro ejemplo son los neumáticos con radios y sin cámara de aire, que al estar “huecos” necesitan menos caucho.
5. Evitar los consumibles de un solo uso: En la medida de lo posible, todas las organizaciones deben evitar utilizar elementos desechables en su actividad, ya que al sustituir estos por otros reutilizables, no sólo se está reduciendo la generación de residuos, sino que además se evita tener que consumir nuevas materias primas que sustituyan a las eliminadas.
Un claro ejemplo es el de las empresas envasadoras, está demostrado que establecer un sistema de retorno de recipientes comerciales a la industria de origen, no sólo es muy ventajoso desde el punto de vista de la inversión en nuevos materiales, sino que además evita la generación de residuos de difícil gestión (pues en muchas ocasiones se componen de diferentes materiales, como el envase tipo brik) y cuya producción incontrolada está penalizada por la ley en muchos países.
Gran parte del consumo de materiales esenciales puede ser corregido introduciendo cambios en alguno de los puntos anteriores, abrirse a la posibilidad de utilizar nuevas materias primas, contratar a personal cualificado y con experiencia, invertir en medios de producción y en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i), o usar materiales reutilizables pueden suponer no sólo un ahorro económico para la empresa, sino que además puede evitar sanciones por daños sobre el medio natural y mejorar su imagen en el mercado.