Fuentes de contaminación atmosférica
Las fuentes de polución del aire se pueden clasificar en base a diferentes criterios:
- ORIGEN.
- Naturales: tormentas de arena, erupciones volcánicas, procesos biológicos…
- Antrópicas: agricultura, ganadería, industria, transporte, comercio…
- MOVILIDAD.
- Fijas: centrales eléctricas, calderas, cocinas, equipos de climatización…
- Móviles: automóviles, aviones, trenes, barcos…
- DISTRIBUCIÓN ESPACIAL.
- Puntuales: chimeneas, antenas de telecomunicaciones, extractores de humo…
- Lineales: carreteras, líneas de ferrocarril, rutas aéreas…
- Planas: polígonos industriales, aglomeraciones urbanas, bases militares…
Por lo visto hasta ahora, es fácil deducir que el tratamiento de las diferentes fuentes no presentará siempre la misma complejidad (actuar sobre una fuente de tipo puntual siempre será más fácil que hacerlo sobre una de tipo plano). Sin obviar por supuesto las fuentes de tipo natural que, aunque pueden producir episodios muy relevantes de perturbación atmosférica, son difíciles de predecir y prevenir sus efectos suele ser complicado, centrándose los esfuerzos casi siempre en la mitigación y corrección del impacto producido (planes de evacuación, proyectos de restauración, declaración de zona catastrófica…).
La contaminación atmosférica de origen natural, es aquella procedente de la propia dinámica terrestre y sus particularidades como planeta (ya sea de origen biológico, geológico o volcánico).
Atendiendo a su naturaleza, los contaminantes naturales se pueden dividir en:
- Compuestos orgánicos: Aproximadamente, el 85% de los hidrocarburos que se emiten a la atmósfera son de origen natural. Dentro de ese porcentaje, el metano (CH4) producido por la descomposición anaerobia de la materia orgánica constituye la emisión del principal. Por su parte, la vegetación es otra fuente importante de emisión de hidrocarburos, muchas plantas liberan etileno (C2H4) y algunos tipos de terpenos, que reaccionan con ciertos agentes oxidantes atmosféricos (como por ejemplo el radical HO) formando aerosoles. También ciertas algas que habitan en los océanos son fuente de algunos organohalogenados (como el cloruro, fluoruro y yoduro de metilo) que se emiten a la atmósfera.
- Compuestos inorgánicos: Emisiones que se generan principalmente a partir de erupciones volcánicas, incendios naturales y fenómenos erosivos como la abrasión eólica. Las erupciones volcánicas suelen emitir a la atmósfera una elevada cantidad de compuestos sulfurados como el dióxido de azufre (SO2), el ácido sulfhídrico (H2S) y el sulfuro de carbonilo (COS), así como de cloruro y fluoruro de hidrógeno (HCl y HF) y aerosoles de carácter inorgánico. Los incendios forestales, por su parte, liberan al aire ambiente dióxido de carbono (CO2), monóxido de carbono (CO), óxidos de nitrógeno (NOX), COS y partículas. Los mares y océanos son también fuente de emisiones de compuestos inorgánicos, consecuencia de los distintos procesos biológicos que se producen en sus aguas, generándose importantes cantidades de CO2, NOx, COS…
- Partículas: Se producen principalmente durante las erupciones volcánicas, los incendios forestales, los procesos erosivos… y también con origen biológico, es el caso del polen de las flores, los microorganismos que se encuentran suspendidos en el aire, etc.
Cuantitativamente las emisiones naturales son mucho más relevantes que las de origen humano, no en vano, según la Consejería de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente de la Generalitat Valenciana:
Como puede observarse en la tabla anterior, el porcentaje de emisiones de origen natural es siempre superior al producido por la actividad humana, sin embargo la incidencia de la contaminación antropogénica es notablemente superior debido al carácter localizado de este tipo de contaminación. En efecto, aunque las emisiones naturales introducen en la atmósfera mayores cantidades de cada compuesto químico que las de origen antropogénico, estos últimos suponen una mayor amenaza para los ecosistemas debido a que, en los lugares próximos a las fuentes de emisión, las concentraciones suelen llegar a ser muy altas.
Cabe por tanto centrar el análisis en las emisiones de tipo antrópico, que suelen agruparse en los polígonos industriales y las grandes ciudades, por lo que de la clasificación anterior podemos extraer otra de tipo cascada: