Efecto invernadero

Cuando dejamos un automóvil expuesto al sol y luego entramos en él, nos damos cuenta de que la temperatura en su interior es mucho más alta que la de fuera, o cuando en una habitación que recibe los rayos del sol a través de sus ventanas notamos un incremento de la temperatura en la superficie de los muebles y por ende dentro del cuarto con relación a la temperatura exterior.

 

¿Qué fue lo que pasó?

Si en una caja colocamos una placa de metal de color negro, cerráramos esta caja con un vidrio y lo exponemos al sol, un porcentaje de los rayos se van a reflejar sobre el vidrio pero otra parte entrará dentro de la caja y calentará la placa del interior.

Esta placa empezará también a irradiar calor en una longitud de onda de 4,5 y 7,2 micras, la cual resultará imposible atravesar el vidrio y rebotará nuevamente hacia la placa produciéndole nuevos incrementos de la temperatura.

Como este rebote se producirá de manera sucesiva, el incremento de temperatura sobre la placa hará que de manera proporcional inversa la longitud de onda vaya disminuyendo hasta llegar a los 0,3 a 3 micras cuando podrá liberarse (una parte) y escapar al exterior de la caja (en forma de calor) pero también a través de la tapa de vidrio.

En otras palabras, el vidrio es atravesado por las ondas cortas de los rayos del sol y actúa como una pared ante las radiaciones de onda larga producida por la temperatura sobre la placa negra produciéndose el llamado efecto invernadero.

El vidrio que forma del colector solar, dejará pasar a la longitud de onda (la radiación visible), dejando pasar gran parte de la energía, calentando a la placa absorbedora, que a su vez emite radiación de longitud de onda larga que ya el vidrio no dejará salir.

El interior del captador solar tendrá mucha mayor temperatura que el exterior.