Información pública
El trámite de Información Pública del Estudio de Impacto Ambiental, garantiza la participación en el procedimiento de entidades públicas, privadas y particulares interesados. Este trámite vendrá determinado al menos por:
- Un plazo.
- Un lugar.
En el que puede consultarse toda la documentación no restringida por otras leyes (secreto profesional, información confidencial, personal…), permitiéndose la presentación de alegaciones, de documentación técnica, de información adicional, etc.
El fin último de este trámite es permitir, a todas aquellas partes interesadas en la ejecución del proyecto que se esté evaluando, expresar sus observaciones, dudas o quejas sobre el mismo, para que puedan ser valoradas por el órgano administrativo competente en un tiempo anterior al de la emisión de la resolución vinculante. Esto además, facilita la tarea de la Administración pública, permite a las personas físicas y jurídicas defender sus intereses, y proporciona al promotor de la actuación, información de primera mano sobre la opinión de los diferentes agentes sociales sobre su proyecto.
En el caso de grandes proyectos industriales, de viviendas o infraestructuras, los promotores ya experimentados suelen realizar campañas voluntarias de difusión informativa de su proyecto a los diferentes sectores de la sociedad que se asienta sobre el terreno objeto de la actuación. Hacer partícipe a la ciudadanía desde el diseño facilita que los proyectos salgan adelante, pues son numerosos los casos en los que diferentes actores sociales ejercen una fuerte oposición a los planes del promotor durante el trámite de información pública, coincidiendo en muchas ocasiones este hito con la primera ocasión en la que los ciudadanos han sido informados del proyecto en cuestión (y de ahí el rechazo).
Pero no sólo los proyectos privados deben someterse a este trámite, sino también aquellos que son públicos, así como los planes y programas que elabore la propia Administración. La cercanía de las instituciones públicas a la sociedad no sería posible si no se tiene en cuenta la opinión de sus diferentes sectores ante grandes retos, como pueden ser la sanidad, las comunicaciones, la ordenación del territorio, la gestión de residuos, etc.
Por todo lo anterior, el avance en esta materia se encuentra en el paso desde la información pública (ante la que el ciudadano puede adoptar un rol pasivo, pues parece que su opinión no va a ser considerada como se merece) a la participación pública (donde las propuestas y observaciones de las personas de a pie son tenidas en consideración hasta incluso modificar un determinado proyecto, plan o programa).
Esta participación en realidad, no debe circunscribirse sólo a este trámite comprendido dentro del proceso de la EIA, sino que ha de estar presente desde el inicio, para ir adaptando el diseño de una determinada actuación a las demandas sociales y así evitar conflictos futuros.
Son numerosos los motivos que exigen de promotores y administraciones ese paso adelante, entre ellos:
- El espíritu de la propia información pública, recogido en las leyes.
- La exigencia de la sociedad, que quiere participar de las grandes decisiones que le afectan directamente.
- La necesaria dosis de realidad que proporcionan los ciudadanos a los técnicos.
- El establecimiento de las prioridades que tiene la población del lugar donde se asentará la futura actuación.
- La necesidad de cooperación de los diferentes agentes sociales…
Ese esfuerzo que supone para los titulares de un proyecto el tener que adaptarlo a las demandas ciudadanas puede parecer a priori un obstáculo para que se adopten este tipo de iniciativas, sin embargo, contar con la opinión pública en las fases tempranas del desarrollo de una iniciativa, puede evitar complicaciones futuras como:
- Demandas judiciales.
- Mala publicidad (manifestaciones, declaraciones en los medios de comunicación, propuesta de boicot…).
- Fracaso en la viabilidad económica del proyecto (si al final no se consume el producto, no se usa el espacio, no se solicita ese servicio…).
- Cambios de ubicación imprevistos (por haberse realizado en un lugar inadecuado para los intereses del proyecto)…
Un elemento muy importante es identificar aquellos “agentes clave” que van a trasladar al promotor o a la Administración, de una manera más fiable, la opinión de una mayoría ciudadana (asociaciones de vecinos, organizaciones populares, foros de participación ciudadana…). Porque es seguro que se personarán en el trámite de información pública, y para no tenerlos en contra, se debe contar con ellos desde el inicio.