Funciones de los educadores y educadoras ambientales
"Me lo contaron y lo olvidé, lo vi y lo entendí, lo hice y lo aprendí."
Confucio
En esta lección vamos a comprender el papel que juegan los educadores y educadoras ambientales, identificando las funciones básicas que debe cumplir un educador o educadora ambiental.
Comencemos pues por las funciones principales que debe cumplir un educador o educadora ambiental:
Las funciones de aquel profesional que se dedica a la educación ambiental son muy variadas y responden a una amplia gama de ámbitos de actuación.
La educadora y el educador ambiental se enfrenta a problemáticas complejas con soluciones que en muchas ocasiones no están al alcance de la mano, y que además no resultan muy cercanas. Como ejemplo podemos nombrar la pérdida de una especie botánica endémica de un paraje natural.
Una especie endémica es aquella que tan sólo se presenta en una zona muy concreta del planeta. Los endemismos son muy importantes, porque si desaparecieran de ese lugar concreto no hay forma de recuperarlos, pues no se encuentran en otra parte del planeta Tierra. En la lección de “Los ecosistemas”, ya veremos que todos los seres vivos son muy importantes, y que su pérdida o modificación afecta al resto de seres que habitan en ese entorno.
Un ejemplo de endemismo en peligro de extinción es la denominada Manzanilla de Sierra Nevada (Artemisia Granatensis), que tan solo se encuentra a partir de los 2.000 metros de altura en esta sierra andaluza.
Si queréis aprender más sobre especies endémicas, os propongo que pinchéis en el siguiente enlace:
http://cienciaybiologia.com/especies-endemicas/
El profesional que se dedica a la educación ambiental, en otras ocasiones se encuentra ante situaciones ambientales muy complejas además de abstractas o de difícil asimilación. El cambio climático es un ejemplo claro, pues todas las personas hemos oído hablar de este fenómeno, pero en multitud de ocasiones no tenemos la suficiente información para conocer ni su origen ni la forma de paliar este problema ambiental tan grave.
Sin embargo, en otras ocasiones podemos tener delante problemáticas ambientales locales y delimitadas en lugares concretos. Ejemplos de estas situaciones pueden ser la existencia de un vertedero a las afueras de un pueblo o localidad; o la distribución del Mejillón cebra (Dreissenapolymorpha), conocida especie invasora, a través de las embarcaciones de una zona acuática a otra.
Para poder ponernos al frente ante estas situaciones y afrontar la inmensa tarea de la sensibilización ambiental, debemos tener como objetivo empoderar a la población en la búsqueda de soluciones consensuadas y adaptadas a las características locales, así como a las necesidades del problema ambiental detectado.
El primer paso, indudablemente, debe ser la identificación del problema ambiental sobre el cual se quiere actuar. Para ésto, debemos tener las suficientes habilidades para que sea la propia población afectada la que tome las riendas en el proceso de toma de decisiones para la solución del problema en cuestión. De este modo el educador o educadora ambiental actuará como un guía o facilitador en este proceso, y nunca como un líder.
Esta tarea no es fácil, pues supone saber declinar responsabilidades y disponer de todas las herramientas necesarias para que el proceso de grupo funcione y las decisiones se tomen de manera consensuada y asamblearia.
Estas metas podemos alcanzarlas a través de dinámicas y técnicas grupales específicas para la resolución de conflictos y para la dinamización de los procesos participativos.
A continuación os muestro un enlace en el que aparecen multitud de técnicas de dinamización de grupos muy sencillas: