Cartografía de suelos
Las actuaciones sobre el suelo pueden tener repercusiones tanto económicas como medioambientales.
Frente a la presión indiscriminada sobre el terreno se está abriendo paso la idea de que se debería buscar una concordancia entre los requerimientos de los distintos usos y las cualidades de los diferentes suelos. Se hace cada vez más evidente que la toma de decisiones para la asignación de usos al territorio debería basarse en un adecuado conocimiento del mismo.
En algunos países se han ido generalizando los inventarios y la cartografía de los recursos naturales, entre los que se encuentran:
- Recursos geológicos y mineros.
- Procesos y formas de superficie.
- Clima.
- Hidrología superficial y subterránea.
- Suelos.
- Vegetación.
- Fauna.
- Distribución de enfermedades.
El objetivo perseguido en estos trabajos se ha orientado hacia la comprensión de como funcionan los distintos sistemas, permitiendo una planificación conducente a un desarrollo eficiente y equilibrado, que tenga en cuenta la potencialidad y fragilidad de los recursos, mejores su uso y evite su degradación, es decir, que garantice un desarrollo y manejo sostenible.
Para el caso concreto de los mapas de suelos, elaborados por los cartógrafos, pueden presentar la información en forma de áreas o unidades cartográficas, como puntos aislados con valor de una determinada propiedad o bien como isolíneas.
Los mapas son una representación plana, simplificada, de un determinado territorio, donde se identifican, definen, describen y se delinean las unidades obtenidas, con el fin de hacer predicciones de uso acerca de ellos.
Existen diversos tipos de mapas, como son:
- Esquemático.
- Exploratorio.
- Generalizado.
- Reconocimiento.
- Semidesarrollado.
- Detallado.
- Muy detallado.
Cada tipo de mapa se establece en función del grado de actuación en el territorio, la finalidad perseguida. Su elaboración sigue una metodología particular y su representación a nivel de escala es diferente según el grado de detalle perseguido.
Entre los beneficios que el uso de este tipo de mapas de suelos pueden aportar se encuentran:
- Planificación de ciudades.
- Actuaciones en áreas periurbanas.
- Localización de vías de comunicación y aeropuertos.
- Localización de conducciones.
- Orientación del uso agroganadero.
- Actuaciones de tipo ocio y tiempo libre.
- Etc.
La información de suelos se ha venido plasmando tradicionalmente en mapas en soporte papel y sus correspondientes memorias, que proporcionan información sobre los distintos suelos de un territorio y su distribución.
En el momento actual, cada vez hay más interés por las aplicaciones que los mapas de suelos permiten, tanto en el ámbito de la agricultura, el medio ambiente, como la ordenación del territorio, la planificación o la ingeniería civil.
De un mapa básico de suelos se pueden derivar múltiples mapas aplicados a distintos usos del territorio, como:
- Mapas de riesgos erosivos.
- Mapa de clases texturales.
- Mapa de nivel de pH.
- Mapa de fertilidad.
- Mapa de áreas degradadas.
- Mapa con fines catastrales.
- Etc.