Estudio del suelo en campo
El estudio del suelo debe comenzarse en el campo, con la observación detallada y precisa, tanto del suelo en su conjunto, como del medio en el que se halla. Desde el punto de vista cartográfico, atendiendo a las aplicaciones agronómicas, ecológicas, medioambientales, en arquitectura del paisaje u otras.
Una manera de estudiar el mismo es observando su perfil, entendiendo este como el corte vertical del terreno, que permite estudiar el suelo en su conjunto desde su superficie hasta el material originario o roca madre.
En el perfil pueden apreciarse diferentes capas, denominadas horizontes, debido a su disposición horizontal o subhorizontal. Cada uno de estos horizontes tiene unas características y propiedades deferentes en un mismo suelo, de ahí la importancia de su identificación para estudiarlos, describirlos y hacer un muestreo separadamente.
Con este estudio en horizontes un determinado suelo queda delimitado para su estudio en su parte superior, por la superficie del terreno, y en profundidad, por el material originario o roca madre. Esta profundidad es, en ocasiones, tan grande que sería muy complejo llegar al material originario, siendo suficiente tomar como profundidad final de trabajo la que garantice unas características constantes en las capas del suelo o se aprecie una ritmicidad de carácter estratigráfico, sirviendo estos dos condicionamientos para definir el límite inferior del suelo.
Desde un punto de vista edafológico podemos establecer una diferenciación entre los horizontes en:
- Horizontes genéticos: son el resultado del génesis o evolución del suelo a partir de un material originario. Dentro de este tipo de horizontes encontramos como caracterísiticas el que son denominados mediante letras y números. Los horizontes principales se designan mediante una letra mayúscula (H, O, A, E, B, C, R, K, Y).
DENOMINACIÓN | DEFINICIÓN |
H (histos, tejido) | Horizonte orgánico de un suelo orgánico. Formado por la acumulación de m.o. en superficie, en un medio saturado de agua durante un período prolongado. Horizonte de turberas. |
O (orgánico) | Horizonte orgánico de un suelo mineral. Formado en la parte superior del suelo en condiciones aerobias (20 o > C). Horizonte de suelos de bosque. |
A | Horizonte mineral oscurecido por aportes de materia orgánica. Horizonte afectado por laboreo o pastoreo. |
E (eluvial) | Horizonte mineral empobrecido por eluviación máxima. Color claro. Pérdidas: m.o., Fe, Al o Ac. Enriquecimiento de L y Ar |
B | Horizonte mineral formado en el interior de un suelo. Destrucción total o en parte de la estructura originaria de la roca. |
C | Horizonte mineral, comparativamente poco afectado por procesos edafogénicos, excepto hidratación e hidromorfismo. Material de características próximas a las del material originario. |
R (roca) | Roca consolidada subyacente, demasiado dura para romperla con la mano. |
K | Horizonte con gran acumulación de carbonato cálcico o carbonato cálcico y magnésico. |
Y (yeso) | Horizonte con elevado contenido en yeso. |
Los procesos principales responsables de la formación del horizonte se indican por letras minúsculas. Ejemplo. Bt (acumulación de arcillas debido a movimientos dentro del suelo o translocación).
El índice numérico sirve para designar una secuencia en la posición del horizonte dentro del suelo. Ejemplo. Bt1, Bt2.
Existen los denominados horizontes de transición, que se designan por la combinación de las letras de los dos horizontes afectados, sin índices. Ejemplo. AB (cuando hay propiedades intermedias de los dos horizontes), A/B (cuando hay inclusiones de uno horizonte en otro).
- Horizontes de diagnóstico: este es un horizonte definido morfométricamente o al menos con la mayor precisión posible, con datos de campo y de laboratorio, para su utilización taxonómica. Los horizontes de diagnóstico formados en la parte superior del suelo se denominan epipediones y son ocho (móllico, úmbrico, antrópico, plaggen, óchrico, hístico, melánico y folístico). Los horizontes formados en el interior del suelo se denominan endopediones y son veinte (cámbrico, cálcico, glósico, ágrico, óxico, albico, sálico, nátrico, etc.).
Para el estudio del suelo en condiciones de campo es necesario realizar la apertura de una calicata, que es una excavación, cun un frente de más de 80 cm de ancho, con longitud suficiente para realizar el estudio con comodidad y una profundidad dependiente del tipo de suelo, que permita llegar a comprender la organización del suelo como un todo, su génesis y respuesta frente a diversos usos.
En esta calicata se observaran una serie de características, que serán registradas en un estadillo o cuaderno de campo. Entre las características o propiedades observadas se encuentran:
- Límite entre horizonte.
- Espesor de un horizonte.
- Profundidad del suelo.
- Color.
- Presencia de manchas.
- Elementos gruesos.
- Textura.
- Estructura.
- Consistencia.
- Cementaciones.
- Acumulaciones.
- Grietas.
Con la información recogida de estas propiedades observables podemos inferir otra serie de propiedades o comportamientos del suelo, que nos van a servir para establecer la edafonénesis de este suelo, posibles usos, limitaciones, necesidades en su manejo, etc. Así podemos apreciar posibles limitaciones debidas a la profundidad, como suelo poco profundo, no apto para implantación de especies arbóreas, presencia de horizontes compactados que limiten la penetración de las raíces, disponibilidad de agua y nutrientes para los vegetales, presencia de materia orgánica, yesos, calizas, régimen de humedad del suelo, comportamiento del suelo frente al laboreo, etc.
Una vez descritos cada uno de estos horizontes serán muestreados individualmente para poder posteriormente ser analizados en el laboratorio.