Texturas
Antes de comenzar con la armonía en sí, conviene aclarar qué es lo que vamos a estudiar. En música, se entiende por textura la manera en que se agrupan los sonidos, y de qué forma las voces suenan y se relacionan entre sí (una voz, en este contexto, no se refiere necesariamente una voz humana, sino una línea melódica, que puede ser sonada por una voz humana o no). El concepto de textura no es fácil ni de explicar ni de entender en abstracto; seguramente termine de entenderse después de exponer los diferentes tipos que existen.
Todas las texturas pueden clasificarse en dos grandes grupos: texturas polifónicas y monofónicas. Su diferencia es clara: en todas las texturas polifónicas existen dos voces o más, mientras que en la monodia sólo existe una.
- Puesto que dentro de las texturas monofónicas sólo existe la monodia, no hay mucho más que explicar de ella. No tiene acompañamiento, y cualquier voz o instrumento ejecutará la misma línea melódica, al unísono o, a veces, a distancia de octava.
- El problema con el término polifonía, como tantos otros en música, es que es ambiguo. Aquí lo utilizamos para referirnos a cualquier textura que tenga más de una voz, sin embargo, una de estas texturas, el contrapunto, también se ha llamado polifonía. Las texturas polifónicas fundamentales son las que siguen.
- El llamado contrapunto consiste en la ejecución de varias voces completamente independientes entre sí, tanto rítmica como melódicamente, y de importancia similar. Cada una de estas características es fundamental para que se de el contrapunto: si no se diese alguna, estaríamos ante otro tipo de textura. La composición contrapuntística tuvo su auge en el período Barroco, decayendo en el Clasicismo, y era extremadamente complicada, reservándose así para los grandes compositores. Entre todos ellos destaca la figura de J.S. Bach.
- La melodía acompañada es una textura cuyo nombre ya indica en qué consiste. Se trata de una línea melódica principal, la cual es acompañada por otras voces y/o instrumentos que ejecutan, o bien melodías secundarias, o bien acordes (ayudando a definir la armonía), o bien ritmos percutidos.
- La homofonía va a ser, principalmente, la herramienta que usaremos para estudiar la armonía en este curso. Es una textura en la que las voces tienen los mismos valores rítmicos (son dependientes rítmicamente), pero independientes desde el punto de vista melódico, formándose así una sucesión de acordes
Existen otros tipos de texturas menos frecuentes y más complejas, a menudo derivadas de las ya presentadas, pero por cuestión de claridad y brevedad no las mostraremos aquí. El objetivo de esta lección es comprender cuál de todas las texturas básicas usaremos. El porqué es sencillo: una vez Alguien dijo que "antes de correr se debe aprender a andar". Para estudiar la armonía desde el principio, debemos centrarnos plenamente en los acordes y sus enlaces, y para ello la textura que más nos ayudará es la homofónica.