Verticalidad: sistema SATB

La verticalidad, en música, se refiere al conjunto de sonidos que suenan a la vez y a las tensiones y distensiones armónicas creadas, sin tener en cuenta los movimientos melódicos de las voces.

En una textura homofónica, las diferentes voces, que, independientemente, constituyen una sucesión melódica (horizontal), forman como grupo un conjunto armónico, que constituye la base del estudio de la armonía. Estas sucesiones melódicas pueden ser vocales o instrumentales. Puede ocurrir que un solo instrumento, como el piano, sea capaz de abarcar todas las voces, y por ende, todo el conjunto armónico.

Generalmente, para el estudio de la armonía se utiliza el sistema a 4 voces SATB (de mayor a menor tesitura, Soprano (a veces llamada tiple), Alto (o contralto), Tenor, Bajo). Se asume que la tesitura de cada una de estas voces es:

Tesiturasorig 1
 

o bien

Tesituras 1

Sin embargo, aunque los límites no sean rígidos (probablemente nadie nos dirá nada si nos excedemos medio o un tono por alguno de los extremos), lo más conveniente es procurar que se muevan en su región media, sin alcanzar los extremos (sobre todo los agudos).

Las cuatro voces, escritas cada una en un pentagrama, suelen tener su propia clave por la extensión de cada una, como se ve en el primer cuadro, de forma que sus registros medios estén centrados en el pentagrama y no haya que escribir demasiadas líneas adicionales. No obstante, en el estudio de la armonía suelen agruparse en dos pentagramas (dos voces por pentagrama) principalmente por dos razones: para ahorrar espacio (lo ideal sería tenerlas todas en el mismo, pero esto sería excesivo en cuanto a líneas adicionales), ya que en los inicios de la armonía, muchos siglos atrás, el papel era muy caro; y porque dos pentagramas son los que usa el piano, instrumento frecuente en el estudio de la armonía (como ya se ha dicho, puede abarcar las cuatro voces sin problema).

De forma que, en adelante, estudiaremos con el sistema SATB escrito en dos pentagramas

piano 1

Sistema SATB en dos pentagramas

 

Al escribir armonía para cuatro voces, y tratando mayoritariamente con acordes tríadas, ha de duplicarse, necesariamente, una nota, en alguna de las voces. Generalmente, trataremos de duplicar la fundamental, como ocurre en los tres acordes del ejemplo de arriba. Algunas veces (como en algunos acordes menores en ciertas situaciones en las que venga bien para la marcha de las voces, o en los disminuidos) duplicaremos la 3ª, mientras que la 5ª raramente se duplicará, pues aparte de no dar un color a la armonía, reforzando sólo la fundamental, suele conllevar faltas armónicas de 5ªs y 8ªs paralelas (se explicarán más adelante). No obstante, a veces, como en las 6ª y 4ª de paso (también explicada varias lecciones después), puede venir bien duplicar la 5ª.

Por supuesto, no tendremos necesidad de duplicar nada cuando tratemos cuatriadas, o incluso acordes de 9ª.

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