La higiene y conservación de los alimentos
Los alimentos que comemos son productos obtenidos de la naturaleza, y en la mayoría de casos, modificados mediante tratamientos industriales para que aguanten más tiempo.
El paso del tiempo condiciona el estado de los alimentos, que se pueden clasificar en dos tipos:
La refrigeración consiste en mantener los alimentos entre 0 y 6 grados centígrados, y es aconsejable para retrasar el crecimiento de bacterias en los productos perecederos anteriormente explicados.
Otra forma de mantener los alimentos es la congelación. Esta mantiene el sabor, la textura, y buena parte del valor nutritivo, y permite disponer de muchos productos a lo largo del año. Para descongelar un alimento, debemos dejarlo en el frigorífico o a temperatura ambiente y que se vaya rompiendo la cadena de frío poco a poco. Una vez descongelados no se pueden volver a congelar.
Podemos congelar: carne, pescado, verduras, pan y platos ya cocinados (lentejas, macarrones, caldo, albóndigas…)
Si no se siguen estas indicaciones los alimentos pueden sufrir una contaminación, y provocarnos a nosotros problemas como pueden ser vómitos, diarreas, dolores abdominales, fiebres…al consumirlos.