Grasas
Las grasas son importantes en la alimentación porque también aportan energía, el doble que los carbohidratos, y se necesitan para favorecer un crecimiento adecuado. Sin embargo, si se consumen demasiadas grasas, se sube de peso mas fácilmente y los niveles de colesterol o de triglicéridos, o de ambos, en la sangre también pueden aumentar.
Esto último incrementa el riesgo de sufrir alguna enfermedad del corazón o una pancreatitis. Si tiene diabetes, corre más riesgo de padecer anormalidades de las grasas (lípidos) en la sangre que las personas no diabéticas.
Las grasas de la alimentación son de tres tipos: saturadas, monoinsaturadas y poliinsaturadas. Consumir grasas saturadas en exceso se vincula con un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares (infartos, embolias).
Estas grasas son las que se encuentran principalmente en las carnes y sus caldos, la mantequilla, la leche entera, los quesos, la crema, los lácteos no descremados, la manteca, la margarina hidrogenada, la manteca vegetal, los helados. En general, este tipo de grasas son sólidas a temperatura ambiente.
La margarina y la manteca vegetal son grasas parcialmente hidrogenadas para lograr la consistencia o el endurecimiento deseado. Durante este proceso industrial una grasa de origen vegetal no saturada (monoinsaturada o poliinsaturada) se satura parcialmente (se hace parecida a sus características a una grasa saturada).
De los ácidos grasos poliinsaturados, el ácido linoleico es el más abundante en la dieta, y sus Fuentes principales son los aceites vegetales de cártamo, girasol, maíz y soja. El aceite de soja, la linaza, los aceites de pescado (ácido linolénico), la trucha, el salmón, la merluza y la macarela son buenas fuentes de omega 3 (un tipo de grasa poliinsaturada). Las grasas poliinsaturadas generalmente son líquidas a la temperatura ambiente.
El colesterol es un tipo de grasa que se encuentra sólo en alimentos de origen animal. El cuerpo también elabora colesterol, por lo que el nivel de colesterol en la sangre se compone de lo que produce nuestro cuerpo (60 %) y de lo que consumimos (40 %).
El colesterol se encuentra sobre todo en la mayoría de los alimentos con grasas saturadas, como la yema de huevo y las vísceras, por lo que se recomienda consumirlos con moderación.
El colesterol es un componente natural de ciertos alimentos (grasa de res, cerdo, cordero, pollo y pescado, leche entera, yema de huevo, vísceras, camarón, embutidos, crema y manteca principalmente, debido a que forma parte de las células animales.
Las plantas elaboran fitosterol, un componente similar al colesterol, pero en los seres humanos no se incorpora el fitotesterol de la dieta a la sangre.