Acido Pantoténico
El ácido pantoténico fue inicialmente identificado como un factor de crecimiento en la levadura, después como vitamina para el animal.
Este ácido está extensamente presente en la naturaleza, por lo tanto su carencia es difícil.
El ácido pantoténico es muy estable, pero sin embargo destruido por largos períodos de calentamiento, dos a seis días, es decir más de lo que es habitualmente necesario.
Se han producido experimentalmente manifestaciones de carencia entre voluntarios gracias a un régimen purificado y a un antagonista específico del ácido pantoténico.
Estos síntomas se manifiestan como fatiga, dolores de cabeza, trastornos del sueño, un cambio de personalidad, náuseas y calambres musculares.
La carencia ha podido ser observada en animales. Ejemplo: el pollo en el que se observa una dermatitis en los ojos, en la comisura del pico, en las patas. El crecimiento se retrasa y el pollo muere después de 3 a 4 semanas.
Entre ciertos animales (monos, perros, ratas, zorros) se observa un encanecimiento de los pelos, que desaparece en general al añadir pantotenato a la dieta. Una relación semejante no ha podido ser demostrada para el hombre.
Funciones
El ácido pantoténico forma parte de la coenzima A, una de las sustancias más importantes del metabolismo.
Como parte constituyente de la coenzima A, el acido pantoténico es esencial para el metabolismo intermediario de los hidratos de carbono, de las grasas y de las proteínas. La coenzima A juega también un papel en la formación de esteroles importante como el colesterol y las hormonas suprarrenales.
Es además indispensable para la síntesis de aceticolina, mediador químico de las terminaciones nerviosas.
Las unidades acetilo son los eslabones elementales necesarios para la síntesis y la transformación de las moléculas del organismo, así como para la producción de energía. Para estas diferentes operaciones, la coenzima A, ligada al acetilo, es indispensable.
La coenzima A interviene en tantas reacciones que se ha podido decir que ácido patoténico está en la encrucijada de las vías metabólicas.
En muchas reacciones, en las que participa el ácido patoténico, participan también la riboflavina, la tiamina, la biotina, la nicacina, el fosfato de piridoxal así como las sales minerales, lo que demuestra hasta qué punto las vitaminas y las sales minerales están estrechamente relacionadas.
Fuentes
El acido pantoténico existe en todas las células vivas y por lo tanto está presente en los alimentos naturales en cantidad variable. Sin embargo, los alimentos especialmente ricos en ácido pantoténico son las levaduras, el hígado, los huevos, los gérmenes de trigo o arroz, los maníes y las arvejas.
La leche, la carne, las aves de corral representan fuentes moderadas, los tratamientos industriales, el refinado de los alimentos y la molienda de los cereales provocan pérdidas considerables de ácido pantoténico.
Contrariamente a la opinión ampliamente difundida, la congelación de las carnes y de las verduras puede destruir la vitamina hasta un 50 % o más. Pérdidas semejantes se observan en muchos productos enlatados..
Recomendaciones
Las recomendaciones reales del hombre en ácido pantoténico no son conocidos. Se ha sugerido sin embargo que 5 a 10 mg por día debían ser una dosis adecuada para los niños y los adultos.
La leche materna contiene cerca de 2,2 mg de ácido pantoténico por litro. Se puede pues deducir que las necesidades del recién nacido son inferiores a esa cantidad. La leche de vaca tiene un contenido de 3,4 mg de ácido pantoténico aproximadamente por litro.
Dado que los tratamientos tecnológicos pueden, en ciertos casos, provocar pérdidas apreciables de la vitamina, no se puede descartar que se produzcan carencias límite en ciertas poblaciones.
Tales deficiencias aparecerían, sin embargo solo ligadas con otras y probablemente no serían identificadas. Varios estudios recientes llevados a cabo en el Japón han revelado que las poblaciones que consumían principalmente arroz lavado presentaban niveles bajos de ácido patoténico así como otras carencias.