Niacina Vitamina PP, acido nicotínico, nicotinamida
Fue en 1937 cuando se reconoció que esta sustancia formaba parte del grupo B. En la misma época, se descubrió que la niacina era también un factor que protegía de la pelagra.
El ácido nicotínico era ya conocido desde los trabajos del Huber en 1867 y Dewar en 1871, sin embargo, fue necesario esperar 70 años para descubrir el vínculo con la pelagra.
La pelagra es una enfermedad en la que uno de los síntomas más típicos es la aparición de una erupción rojiza de la piel que, más tarde, se vuelve negra y rugosa.
Aunque muy rápidamente algunos médicos han sospechado la existencia de una carencia alimentaria, prevaleció la teoría que pretendía que la enfermedad era debida a un agente infeccioso o a alguna sustancia tóxica presente en el maíz o que se desarrollaba en el maíz averiado.
A principios del siglo XX, la pelagra se extendió por el sur de los Estados Unidos y el 1915, cerca de 10000 personas murieron. Dos años más tarde se estimaban en 200000 los casos de pelagra en todo el país.
Esta situación incitó al Servicio de Sanidad pública americano a iniciar estudios particulares sobre la enfermedad y se pudo así más adelante afirmar que la pelagra era debida a una carencia.
Finalmente, en 1937, gracias a una enfermedad semejante del perro, enfermedad que se curaba administrando a los animales nocotinamida o ácido nicotínico, se descubrió que los síntomas más característicos de la pelagra desaparecían también con la ayuda de estas sustancias.
Funciones
La niacina constituye la parte activa de coenzimas que juegan un papel esencial en las oxidaciones místicas (transporte de hidrógeno).
Esta vitamina, bajo forma libre o combinada, se encuentra en todos los tejidos, mas particularmente en el hígado, los riñones, el corazón, el cerebro y los músculos.
Hemos definido las vitaminas como sustancias que no pueden ser sintetizadas por el organismo.
Esto no es totalmente cierto en el caso de la niacina. En efecto, un poco de niacina es elaborada por los microorganismo del intestino grueso.
Además, el aminoácido triptófano tiene lo que podríamos llamar una actividad “niacina”, es decir que unos 60 mg de triptófano aproximadamente tienen la misma actividad que un mg de niacina.
Esto tiene como resultado que las personas que consumen proteínas de buena calidad (huevos, leche) tienen menos necesidad de niacina que las otras.
No es sorprendente que los casos de pelagra sean más frecuentes en las poblaciones cuya alimentación está constituida por el maíz, cereal cuyo segundo aminoácido limitante es el triptófano.
Es interesante señalar que el maíz no es particularmente pobre en vitamina PP; esta está, de hecho, incluida en un complejo poco disociable por las enzimas digestivas.
Esto explicaría la costumbre de las poblaciones mexicanas de tratar el maíz con cal para probablemente, hacer disponible la vitamina PP:
Según ciertos trabajos, la niacina, en dosis bajas (1 a 4 g por di) o el ácido nicotínico tendrían la propiedad de reducir el nivel de colesterol y de los lípidos totales en enfermos cardiovaculares o hipercolesterolémicos, esta reducción del colesterol se acompañaría de un aumento de la excreción de los esteroles neutros en las heces.
Por el contrario, la ingesta de cantidades excesivas de niacina modifica el metabolismo cardiaco y no estaría recomendada antes del ejercicio de resistencia.
En efecto, la niacina disminuye la movilización de los ácidos grasos del tejido adiposo y aumenta en compensación la utilización del glicógeno muscular en los individuos entrenados. Bajo la influencia de la niacina.
El miocardio obtiene su energía de otro origen que la sangre. Utiliza su propio oxígeno y sus propias reservas de grasas, de ahí el efecto verdaderamente indeseable de las grandes dosis de niacina sobre el metabolismo del músculo cardíaco, especialmente durante el esfuerzo.
Fuentes:
Puesto que la niacina puede ser sintetizada a partir del triptófano, cuando este está presente en el régimen, no sólo importa la cantidad de niacina ya formada en los alimentos, sino también las equivalencias de niacina aportadas por las proteínas con fuerte contenido de triptófano.
En los productos de origen animal, la vitamina se encuentra bajo forma de nicotinamida mientras que en los productos vegetales, se presenta bajo forma de ácido nicotínico.
La mayoría de los alimentos ricos en tiamina y en riboflavina tienen también una concentración elevada de niacina (hígado, carne magra, semillas, levaduras, leguminosas).
La niacina resiste muy bien los procesos de cocción. La vitamina sintética es relativamente barata, de manera que un enriquecimiento de los alimentos se puede hacer sin problemas de costo.
Recomendaciones
Las recomendaciones de niacina varían evidentemente si el régimen es rico en triptófano o no. Es así que un litro de leche cada día basta para evitar la pelagra aunque su concentración en niacina preformada sea baja.
En ausencia de información sobre la cantidad de triptófano presente en los alimentos, se puede estimar que en general las proteínas animales (leche, huevo carne) contienen cerca de 1,4 % de triptófano y la mayoría de las proteínas vegetales cerca de 1 %.
CANTIDADES RECOMENDADAS DE VITAMINAS
Se estima que en el tipo de régimen habitual de los occidentales, una carencia en niacina es muy poco probable. Asimismo, es imposible que el exceso sea nocivo, ya que todo exceso de niacina es eliminado por la orina.