Vitamina K
La última de las vitaminas liposolubles fue descubierta en 1935 por Dam de Copenhague gracias a estudios en aves.
Poco más tarde esta vitamina fue redescubierta independientemente por un equipo de California.
Siendo esta vitamina esencial en el mecanismo de la coagulación sanguínea, fue bautizada vitamina K (según el nombre danés Koagulation vitamina).
Las deficiencias de vitamina K son raras en el hombre, con excepción de los niños o de las personas que reciben sustancias antagonistas o presentan trastornos en la absorción.
En efecto, se utilizan frecuentemente antagonistas de la vitamina K (dicumerol) para evitar la formación de coágulos en los enfermos que sufren ciertos trastornos circulatorios.
Se conocen dos formas naturales de vitamina K (K1 y K2) que son ambas quinonas. Estas formas se encuentran en las plantas y en los alimentos que han sufrido una fermentación bacteriana.
Ciertas formas sintéticas, tales como la menaquinona es vitamina K2, pero al contrario de las formas naturales, son tóxicas cuando son administradas en cantidades demasiado grandes.
Todas las formas de la vitamina K son estables al calor, al aire y a la humedad, pero no a la luz.
Función
La función de la vitamina K es la formación en el hígado de una proteína llamada protrombina que es necesaria para el proceso de coagulación sanguínea.
La protrombina se convierte en su derivado activo, la trombina, que a su vez, es indispensable para la formación de la fibrina, proteína que permite la constitución de un coágulo sanguíneo.
En realidad, el mecanismo de la coagulación sanguínea es muy complicado y necesita intervención de muchos factores.
Si la vitamina K falta, o está presente un antagonista, la protrombina no se forma y la coagulación sanguínea no es posible.
Fuentes
La vitamina K se encuentra en todas las hortalizas verdes como hojas, la yema de huevo, el aceite de soya y el hígado.
Las lechugas, las espinacas, las varias clases de coles (repollos, coliflor, brócoli) constituyen fuentes excelentes (las hojas exteriores son más ricas en vitamina K que las hijas interiores).
La mayoría de los cereales, las frutas y la carne están prácticamente desprovistos de vitamina K.
Necesidades
No se propone ninguna cantidad diaria, porque en la mayoría de las personas, la vitamina K es sintetizada en cantidad importante por las bacterias del intestino.
Se han señalado deficiencias en jóvenes niños tratados por diarreas o infecciones intestinales.
Una baja de la tasa de protrombina se observa normalmente desde el nacimiento en el recién nacido; donde la flora intestinal no es suficiente en ese momento para producir la vitamina K.
Además, la leche materna es pobre en vitamina K (aproximadamente 4-5 mg/litro). Pequeñas hemorragias pueden ocurrir durante los cinco primeros días; pueden aparecer situaciones graves cuando alcanzan órganos vitales como, por ejemplo el cerebro.
Es posible prevenir tales accidentes con la administración de vitamina K, al recién nacido desde su nacimiento.
Un recién nacido normal parece necesitar 15 m de vitamina k por día.
Sobre la base de las necesidades definidas en las ratas, el hombre adulto debería recibir un aporte mínimo de 50 mg por día.
Salvo condiciones particulares (trastornos de absorción intestinal, heridas, operaciones) la carencia en vitamina k no ha sido por decirlo así jamás constatada en el hombre adulto.
Es importante señalar que la vitamina k se ha revelado ineficaz para mejorar la hemofilia, enfermedad hereditaria que ataca a los jóvenes varones y que se caracteriza por anomalías más o menos graves de la coagulación sanguínea.