Gestión del cambio
Antes y durante la implantación de un sistema integrado de calidad total debemos ser consientes que vamos a introducir cambios en nuestra organización: en la forma que tienen los trabajadores de relacionarse con ella, en la forma de retribución, etcétera. Por ello y como paso previo deberemos hacer una consideración de la gestión del cambio en la calidad total.
Para ello vamos a seguir a James (1997), que nos indica que la calidad, per se, significa cambio. Entiende por cambio cualquier cosa que altere el status o equilibrio de una situación laboral. Esto incluye el desarrollo de mecanismos de formación en respuestas a nuevas tecnologías, cambios en los requisitos de los clientes y las técnicas de gestión.
Gestión del cambio
Los cambios que alcanzan a toda la organización son efectivos, pero es necesario una gran cantidad de tiempo para ponerlos en práctica, y provocan muchos problemas relacionados con el control.
Los programas más reducidos son útiles, pero podrían estar afectados por un cambio aislado, donde podrían verse afectadas las relaciones externas.
Los enfoques estructurados implican que las personas relevantes serán informadas de los cambios y de cómo les afectan. Estas personas también recibirán información sobre los objetivos del programa, cómo se tratarán los conflictos y qué recursos y apoyo están disponibles para ayudar a los individuos a gestionar el proceso de cambio con eficacia.
Cuestiones envueltas en una implantación con éxito de un programa de cambio son la formación de una visión, la adaptación de la planificación y el seguimiento continuo del proceso del cambio.
Proceso de implantación del cambio
La cultura de un grupo, departamento u organización puede apoyar o inhibir el cambio. Por tanto, gestionar con eficacia el cambio es un factor clave en la gestión de la calidad total en una organización. Además entender como funciona el “sistema” oculto de la organización, sus relaciones internas, nos pueden ayudar a implantar la GCT utilzando sus resortes.