Organización Misionera
5.6.- ORGANIZACIÓN MISIONARIA
Este tipo de organización tiene una estructura sencilla y poco definida formalmente, con poca especialización en los puestos de trabajo, con una división del trabajo difusa, y escasa diferenciación entre los diferentes niveles organizativos y funciones de éstos. Todo ello se debe a que la guía de acción de esta organización se basa en su ideología, que les hace mantenerse unidos. A través de la socialización, y más específicamente mediante el adoctrinamiento, cada miembro conoce sus competencias ya que pueden así identificarse con las creencias que comparten y les identifican.
El adoctrinamiento equivale a una estandarización de las normas, haciendo que los miembros de la organización compartan sus valores y creencias. Cuando un nuevo miembro ingresa en la organización se le adoctrina y una vez que ha asimilado los valores y creencias, se encontrará dispuesto para ocupar su puesto en la organización, por lo que a partir de ese momento se le cede un alto grado de libertad para tomar decisiones.
Como el único mecanismo de coordinación es la estandarización de las normas, y todos los miembros de la organización comparten la toma de decisiones, puede afirmarse que nos encontramos ante un caso extremo de descentralización. De lo dicho se desprende que la estructura de estas organizaciones apenas tiene tecnoestructura, ni tampoco personal de apoyo. Igualmente, se caracterizan porque no se emplean sistemas de control ni de planificación.
En cuanto al medio ambiente y el sistema técnico donde se desenvuelven estas organizaciones no puede ser muy complejo, puesto que ello implicaría la necesidad de personal muy especializado, lo que conlleva la diferenciación dentro de la organización concediéndoles a éstos más poder y estatus.
Este tipo de organizaciones suelen encontrarse en su etapa de madurez, pues se requiere tiempo para que las creencias sean institucionalizadas. Obviamente, no todas las organizaciones misionarias llegarán a la madurez, ni a ser muy grandes, pues la libertad en la toma de decisiones y el basarse simplemente en las creencias puede provocar el conflicto interno y llevar a escisiones, refundaciones, etc. de la organización.
Finalmente, podemos decir que esta configuración es atípica y que surge como consecuencia de una cultura demasiado aferrada o poderosa y capaz de influir sobre los comportamientos de los integrantes de la organización.