Dirección Organizacional de Proyectos
La Dirección Organizacional de Proyectos (OPM) establece un marco para la realización de estrategias a través de la dirección de proyectos, programas y portafolios, conjuntamente con acciones organizativas, destinadas a generar de manera constante y predecible estrategias organizativos capaces de producir un mejor desempeño, mejores resultados y una ventaja competitiva sostenible.
En muchos esquemas está claro que la planificación de la organización influye inherentemente en la selección y realización de los proyectos, ya que establece prioridades ente ellos, considerando la importancia estratégica hacia el cumplimiento de la misión y la visión, los riesgos, el financiamiento, la asignación de recursos, los intereses políticos y de mercado, así como otros aspectos relativos al plan estratégico organizacional.
Las estrategias y prioridades de una organización relacionan los componentes del portafolio de proyectos (subportafolios, programas, subprogramas, proyectos individuales y otros trabajos operativos) y la asignación de recursos a los mismos.
Es por ello que la dirección organizacional de proyectos es capaz de potenciar las capacidades, habilidades y recursos que la organización tenga para lograr los objetivos estratégicos, coordinando la dirección de proyecto, la dirección de programas y la dirección del portafolio de proyectos, con quienes coordinan la estrategia organizacional, incluyendo aquellos encargados de dirigir la Oficina de Administración de Proyectos u ODP – PMO por sus siglas en inglés.
La dirección de portafolios, la de programas y la de proyectos están alineadas por las estrategias y los recursos de la organización, diferenciándose en la forma en que cada una ayuda al logro de los objetivos estratégicos.
Los recursos organizacionales son asignados por una parte al área operativa (lo que mantiene a la organización y le genera recursos) y por otra al área de proyectos (lo que permite que la organización crezca, se adapte y sobreviva al medio en el que se desenvuelve).
Ambos están ligados y coordinados con los objetivos estratégicos de la organización.
Todo cambio en la estrategia de la organización demandará cambios en los portafolios, programas y proyectos, y dicho procedimiento deberá estar correctamente establecido para que dichos cambios puedan ser evaluados en su impacto global y poderse determinar la conveniencia de los mismos con base en los beneficios que tal cambio pueda ofrecer a la organización.