El EVM en el Ciclo de Vida de un Proyecto
El Ciclo de Vida de un Proyecto, ya visto en detalle en el curso Principios y Conceptos Básicos de la Dirección de Proyectos, es un conjunto de fases (generalmente secuenciales y algunas veces sobrepuestas) que conectan desde el inicio hasta el final a un proyecto. Cada proyecto tiene su propio ciclo de vida y no debe ser confundido con los grupos de procesos de proyecto que son comunes a todos los casos – especialmente en las prácticas de la Guía del PMBOK® - a saber: Iniciación, Planificación, Ejecución, Monitoreo y Control y Cierre.
Como se puede observar el EVM va de la mano con el grupo de procesos de monitoreo y control a lo largo de todo el Ciclo de Vida del Proyecto, y está en función de los logros (hitos) en cada fase, y de la efectividad del equipo de proyecto que tenga a su cargo este seguimiento. Es la forma en la que el monitoreo y control muestra realmente si la ejecución del proyecto está logrando lo que se planificó.
Como ya se mencionó, la interacción del equipo de proyecto y de los interesados sobre los resultados y análisis de las mediciones del EVM son claves para que el proyecto siga por el rumbo correcto y sea exitoso, o en caso de haberse desviado, promover las acciones necesarias para regresarlo al plan original, o en su caso hacer los ajustes necesarios que permita que el proyecto siga considerándose exitoso.
El EVM es también un factor de mitigación de riesgos a nivel de todo el proyecto. Su análisis dispara acciones correctivas según las necesidades, y da mayor seguridad y tranquilidad al equipo de proyecto, al patrocinador y a los principales interesados.
Se puede observar que el uso de EVM reduce los costos posibles del cambio al bajar la incertidumbre y el nivel de las amenazas.