Intervención Psicopedagógica
Cuando hablamos de un niño con trastorno autista, no pensemos que tenemos que ayudarlo a reducir los síntomas, ya que al ser un trastorno, lo que deberíamos es ayudarle a crecer personalmente facilitando su integración en el entorno.
Por ello, una de las funciones que juega un papel importante es la motivación, nunca puede faltar ya que el plano psicológico juega un papel muy importante y si el niño no la encuentra, es posible que se encuentre perdido en muchas ocasiones.
Los niños autistas sienten especial atención sobre las sensaciones, de manera que sería recomendable ponerlos en situaciones en las que tengan que conocer su cuerpo, después podrían ver representaciones de aquellos temas que se han tratado previamente y por último mantener una conversación verbal.
Un buen ejemplo de una posible actividad a emplear sería la siguiente: empezar hablando sobre objetos que le llamen la atención en un aula o su habitación, una vez explorado dicho objeto, el niño podría hacer un dibujo para representarlo mediante el papel y como último paso podría describirlo e intentar mantener una conversación sobre él.
También sería necesaria la organización del espacio y del tiempo. Es recomendable que tengan su propio espacio en el que desarrollarse, a la vez que tiene horarios y actividades como referencia. Sería importante que sin llegar a la rutina, tuvieran que aprender a desarrollar un estado de improvisación en algún momento para así evitar comportamientos inadecuados.
Dicho todo esto, obtendríamos un buen resultado de una intervención psicopedagógica si establecemos lazos de unión mediante el contacto corporal, la estimulación y actividades realizadas en el exterior, pues fomentaríamos su entusiasmo por una actividad concreta.