Las epistemologías clásicas
Presupuestos, objeto de estudio, métodos, enunciados
La epistemología clásica y sus variantes se amparan en el supuesto de realidad independiente: la posibilidad de delimitar por separado al sujeto y al objeto y su existencia plenamente independiente. A partir de esto, se extiende el presupuesto de objetividad del lenguaje y del saber, dado que tiene la posibilidad de describir de forma completa la realidad y su calidad de verdad. Sustentados a la vez en el positivismo lógico, sea por la razón o la experiencia, el saber es de naturaleza acumulativo y el progreso en la ciencia lineal, tendiente hacia la mayor cantidad de saber y menor incertidumbre.
En este marco, el objeto de estudio naturalmente será el conjunto del saber científico, especialmente sus enunciados, sus justificaciones, su estructura lógica así como los distintos pasos en el camino que se recorre desde la pregunta curiosa, que busca revelar un aspecto de la gran verdad que es el universo, hasta la síntesis de este saber y su acomodo en el panorama de los saberes.
Con estas ideas, el método por excelencia es el siempre estudiado método científico fundamentado en las ciencias naturales. A saber, se basa en primero la observación de la realidad (observación objetiva y no sesgada, realizada por un sujeto ideal neutral), la generación de interrogantes sobre la misma, que derivarán en hipótesis, la conformación de posibles respuestas a dicha hipótesis que serán sometidas a experimentación o contraste con la realidad empírica y finalmente la aceptación o rechazo de la hipótesis. El método en pocas palabras se resume en "preguntarle a la realidad" por aquello que queremos saber, y observar en ella la respuesta. Este método es el mismo empleado en ciencias naturales.
Los enunciados derivados de este tipo de epistemologías: el positivismo, el estructuralismo, el funcionalismo, el empirismo; tienen en común una confianza apriorística en la observación como fenómeno imparcial y objetivo.