La Comunicación en el aula
La comunicación en el aula debe ser siempre un proceso circular, donde el/la formador/a deberá propiciar un clima que favorezca la comunicación, ya que si el/la formador/a simplemente se convierte en un mero informante la comunicación desaparece, pues sería un proceso unidireccional.
La información que como formadores/as vamos a presentar deberá seguir siempre los pasos de la coherencia y la veracidad, prestando especial atención a:
Comunicación verbal del/de la formador/a:
Nuestras construcciones gramaticales, el vocabulario y los ejemplos utilizados, el volumen de voz y la entonación, así como la pronunciación y la velocidad al hablar deberán ser lo más correctos posibles; ya que de esa manera facilitamos la comprensión del mensaje por parte del alumnado.
Comunicación no verbal del/de la formador/a:
También expresamos y comunicamos cuando no hablamos; mediante la expresión facial, gesticulando con las manos, con la mirada, desplazándonos por el aula y usando el espacio disponible, etc…
Pero no solo transmitimos y comunicamos de una manera no verbal los/as formadores/as, el alumnado evidentemente también comunica su estado de ánimo, grado de concentración, cansancio, sorpresa, duda, etc… mediante sus gestos corporales y faciales.