El juego como elemento comunicativo
El juego es un mecanismo que facilita la educación de las personas, ya que forma parte de la práctica y conlleva una serie de factores como la diversión y motivación; el historiador Huizinga (1983) definía al juego como: “Una acción u ocupación libre, que desarrolla dentro de unos límites temporales y espaciales determinados, según reglas absolutamente obligatorias, aunque libremente aceptadas, acción que tiene fin en sí misma y va acompañada de un sentimiento de tensión y de la conciencia de –ser otro modo- que en la vida corriente”.
Tomando en cuenta que el juego atiende a dos aspectos importantes: la comunicación y el aprendizaje, podemos asegurarnos con esto el desarrollo de las habilidades cognitivas y psicomotoras desde un punto de vista comunicativo y afectivo.
Según Garaigordobil M. (1990) el juego se caracterizaría atendiendo a una serie de matices:
- Sería una actividad agradable y esto implicaría tanto amenidad como desarrollar las capacidades de las personas que lo practiquen.
- Sería una actividad natural, que se desenvolvería de forma libre y no se impondría ningún tipo de norma, ya que los participantes deberían sentirse en la libertad de actuar según su personalidad.
- Implica una participación activa por parte de los miembros del grupo.
- Tiene un carácter de invención, ya que a veces existen actividades del tipo “role-play” en el que se debemos de actuar según un papel.
- Está estrechamente relacionado con otros aspectos como la imaginación, la resolución de problemas, y el desarrollo cognitivo y verbal.
- Se desarrollaría la autoexpresión, donde se manifiesta un mayor conocimiento de todo el mundo que nos rodea.
- Consistiría en una acción repetitiva, pues siempre mantiene la misma organización del sistema.
- Sería una actividad que provoca dos tipos de avances según nuestra edad. En niños se avanzaría de forma progresiva, mientras que en adultos en forma regresiva.
- Consistiría en una actividad creativa.
Mencionadas ya las características, deberíamos saber la utilidad y beneficios que se le adjudican al juego cuando se usa como estrategia didáctica. El juego sería beneficioso ya que aportaría un gran desarrollo a la creatividad, aumentaría la autoestima, reduciría los conflictos surgidos en el grupo, desarrollaríamos nuestras habilidades físicas, ayudaría a la integración social de los participantes y fomentaría las relaciones sociales con el entorno.