Orígenes y Evolución
Es difícil definir su comienzo exacto, aunque si se puede fechar aproximadamente cuando empiezan a destacar los hechos ligados con su aparición. En este caso, Francia sería el primer país donde se hizo uso del término “animateur” (animador), en un decreto de Educación Popular del Ministerio de Educación en 1945. Aunque la palabra animación realmente apareció en una reunión organizada por la UNESCO en 1950. Posteriormente en el año 1965, el concepto de “animation socuoculturelle” y “animateur” eran ya muy usados en congresos sobre asuntos culturales en Francia.
Pero realmente el concepto de animación la podríamos clasificar en tres etapas según Hernández Lucas (1989), que serían las siguientes:
- La reconstrucción francesa: en la que posteriormente a la Segunda Guerra Mundial, se propuso una serie de movilizaciones entre las comunidades en forma de avance para desarrollar una nueva sociedad.
- La normalización de Europa occidental: donde la intervención social se empleaba como una herramienta al servicio de la ciudadanía.
- El derecho humano a la cultura: donde el término de acción social se entiende como un avance en una sociedad en la que ya se han marcado límites.
Pero en España no se utilizó este término hasta ya pasados los años 60, en el que se trató de reconstruir una España dañada por la dictadura y que se pretendía ganar libertad. Dicho concepto cambia cuando el país es influenciado por la corriente pedagógica procedente de Latinoamérica y del país anglosajón. Esto causa una transformación radical de España, ya que los organismos empiezan a contar con la sociedad para las decisiones importantes, a modo de democracia.
En los años 70 cuando se va implantando la democracia hay un importante avance para la Animación Sociocultural, ya que aparecen diversas iniciativas como la creación de centros culturales, casas de acogidas o centro de educación para adultos.
En los años 80 y 90 se produce un aumento de la acción social y el voluntariado, lo que provoca que la Animación sociocultural se reconozca como una educación formal, creándose la diplomatura de Educación Social.
Pero fue un poco más tarde cuando la ASC formó parte de un colegio profesional de Animadores en Cataluña, creando de esta forma el perfil profesional del animador.
Actualmente podríamos decir que una vez instalado este ámbito, se da lugar a una reflexión y práctica por parte de la sociedad, que influye participando activamente mediante distintas metodologías, pero todos con un fin común.