Voluntariado como expresión de ciudadanía y participación
La acción de voluntariado permite a las personas estar en contacto con la realidad que pretenden transformar, y se desarrolla en el ámbito de las relaciones entre personas. Por lo tanto, el voluntariado surge con la sociedad y evoluciona a la par que ella.
Se considera que la acción de voluntariado es un claro ejemplo de ejercicio de la ciudadanía y participación, porque ello supone la implicación de la persona tanto en la detección y denuncia de los problemas o necesidades como en la aportación de posibles soluciones. Como ya se ha dicho anteriormente, esta acción de voluntariado debe ser continuada y ser una forma de participación organizada que nace de los/as ciudadanos/as que, movidos por la solidaridad y el altruismo, se comprometen libremente a sumar acciones en favor de la justicia social.
El voluntariado se entiende como un instrumento de unión de la sociedad porque da vida a los valores de solidaridad, justicia y humanidad.
Representa la conciencia crítica de la sociedad, ya que actúa y denuncia las injusticias sociales y las exclusiones, haciendo ver al resto de la sociedad que todos/as los/as individuos/as tenemos potencialidades y capacidades, que somos sujetos de los mismos derechos y que nadie está libre de encontrarse en situaciones de exclusión social.