Introducción. La Sociedad de la Información
El desarrollo científico y tecnológico acontecido del siglo XIX en adelante ha supuesto un importante cambio en nuestra forma de vivir. Los avances en medicina y en ingeniería son algunos ejemplos que nos permiten vivir más tiempo y más cómodos, ayudándonos a superar los obstáculos a los que se enfrentaban nuestros antepasados. Esta motivación ha otorgado a la generación del conocimiento un prestigio privilegiado en comparación con otras actividades profesionales, hasta el punto de que la creatividad es uno de los principales motores de nuestras economías.
La tecnología, durante las sucesivas revoluciones industriales ha permitido diseñar nuevas formas de emancipar la energía para continuar con su avance. Así como a finales del siglo XVIII, el carbón se convertía en la principal fuente de energía a nivel industrial, el uso del petróleo y la electricidad se normalizaron a lo largo de ese siglo XIX; y desde mediados del siglo XX, la energía nuclear y las energías renovables han tenido una gran expansión.
El avance tecnológico desenfrenado en ocasiones ha puesto de manifiesto una contradicción. Como seres vivos que somos, dependemos en última instancia de los recursos naturales que nos ofrece el planeta, y a veces la tecnología impacta negativamente sobre éstos. Para paliar este impacto, la propia generación de conocimiento ha impulsado el estudio de las energías renovables, que poco a poco van complementando y sustituyendo a los combustibles fósiles.
Los flujos de información en los sistemas tecnológicos se han hecho tan complejos que se ha hecho necesaria la automatización de multitud de procesos, y los sistemas de comunicación han evolucionado conjuntamente con el resto de tecnologías. Si bien en los inicios de la revolución industrial la comunicación dependía de la imprenta, y durante parte del siglo XIX y primera mitad del XX los dispositivos de comunicación como el teléfono y el telégrafo dependieron de los tendidos eléctricos, actualmente internet y los sistemas satelitales están en expansión.
De la aplicación de la automatización a los procesos de comunicación surgieron las tecnologías de la información y la comunicación (TICs). Actualmente, la mayoría de profesiones hacen uso de herramientas informáticas para obtener resultados de una manera más eficiente. Y nuestra vida cotidiana está tan vinculada a estas tecnologías que nos cuesta recordar nuestro día a día sin internet, ordenador, teléfono móvil u otros dispositivos de telecomunicaciones.
La diversificación de las fuentes de energía y el uso extensivo de las nuevas tecnologías son los elementos más representativos de las llamadas sociedades tecnológicas. En éstas, el interés por el conocimiento, la fluidez de las comunicaciones y los transportes, y las nuevas realidades locales, han generado movimientos migratorios que han puesto en contacto a diferentes visiones culturales. Esta situación a veces ha sido causa de conflictos y otras veces ha permitido diálogos y colaboraciones. Los equilibrios entre las nuevas dinámicas han llevado a la sociedad a nuevos avances y diferentes formas de existir.
La tendencia de las sociedades tecnológicas a largo plazo es la construcción de una sociedad del conocimiento (Matterlart, 2002), en la que la técnica sea el motor económico por excelencia y que las personas y las comunidades tengan libre acceso a la información. El camino hacia ese ideal se mueve por el empuje entre las instituciones y los movimientos sociales; sin embargo, aún estamos lejos de ese momento.
Actualmente vivimos en la sociedad de la información, que se caracteriza principalmente por una democratización de la información; es decir, cualquier individuo puede acceder y también ser fuente y medio de información para otras personas. Por lo tanto, las fuentes y medios oficiales pierden el monopolio y, en consecuencia, disminuye la posibilidad de manipular a la población a su antojo, si fuera su voluntad. No obstante, esto también conlleva un inconveniente: la población general se ve inundada por multitud de mensajes diferentes, a veces contradictorios e incluso opuestos, y carece de armas para defenderse de nuevos engaños y malas informaciones.
Para construir una sociedad preparada para los cambios, crítica, escéptica y que no sea fácil de engañar, es necesario ofrecer las herramientas pertinentes para analizar los procesos comunicativos, identificar los intereses particulares y discernir entre hechos, opiniones, especulaciones, conclusiones, verdades y mentiras. Actualmente, las personas pueden comunicarse entre sí y acceder a la información con más facilidad que nunca hasta el momento. Por lo tanto, tenemos la oportunidad de crear sensibilidades sociales, culturales y ambientales nuevas y bien fundamentadas.
Ya conocemos la importancia de la información en las sociedades actuales y somos conscientes de los problemas asociados a su flujo libre. En este curso, revisaremos los elementos implicados en el proceso de comunicación social, analizaremos las características del mensaje a las que más atención debemos prestar, y estructuraremos los pasos recomendados para desenmascarar posibles intereses de las fuentes de información.
Actividades de apoyo
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1) | -Una sociedad en la que las TICs forman parte esencial de la vida de las personas es llamada sociedad | |
2) | -Una sociedad en la que cualquier persona puede ser fuente y medio de información es llamada sociedad | |
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