Condiciones de Seguridad: Fuego II
¿Cómo protegernos del fuego?
Lo primordial es tener un buen plan de emergencias y evacuación. Este plan debe ser conocido por todos los empleados, de manera que en caso de necesidad la evacuación del lugar sea lo más rápida posible.
El lugar de trabajo debe tener un sistema de alerta contra incendios, con pulsadores, detectores de humo y de calor, sistemas de extinción, etc...
¿Son todos los fuegos iguales?
Debemos saber que no todos los fuegos son iguales, hay diferentes tipos en función del agente que lo provoca, por lo que debemos saber a qué tipo de fuego nos enfrentamos para poder apagarlo con seguridad. Mucha gente piensa que el fuego se apaga mejor con agua que con cualquier otra cosa, algo que es un error y que nos puede llegar a costar la vida, pues si intentas apagar un incendio, por ejemplo provocado por aceite, con agua, el fuego se extenderá y lo que habrás conseguido es simplemente avivarlo, con el riesgo que eso conlleva.
Veamos ahora los tipos de fuego y el mejor agente para combatirlo:
- Tipo A (Sólidos): Agua pulverizada.
- Tipo B (Líquidos): Polvo seco o Polvo convencional.
- Tipo C (Gases): Polvo seco o convencional, o Polvo polivalente.
- Tipo D (Metales): Polvo específico para metales.
- Tipo E (Eléctricos): Nieve carbónica.
Muy importante: Una vez que sepamos al tipo de fuego al que nos enfrentamos buscaremos un extintor, pero antes de usarlo debemos asegurarnos de que ese extintor es el correcto para ese tipo de fuego. Una vez comprobado esto nos cercioraremos de que está cargado, ha sido revisado y tiene el precinto de seguridad intacto. Si se cumple todo esto retiramos el precinto, la anilla, apuntamos hacia la base de las llamas y accionamos la palanca para que el agente extintor salga y apague el fuego. Debemos tratar de abarcar la mayor superficie posible para tratar de apagar por completo el fuego que tenemos delante.
