Consejos
Llegados a este punto, solo cabe expresar algunas consideraciones finales:
- Ayudar a las personas a manejar el estrés, supone no sólo contar con los conocimientos necesarios e instrumentos terapéuticos adecuados sino -principalmente- poseer la vocación, el deseo o el gusto, para realizar esa tarea. Esa misma ‘vocación’ será la que impulsará al Facilitador a investigar incansablemente sobre el tema, a mejorar la dinámica de cada encuentro tras el discernimiento apropiado, y a optimizar la producción de los materiales didácticos y saludables.
- Así, toda la capacitación; todas y cada una de las sugerencias teóricas o prácticas vertidas en este curso, no habilita al Facilitador a quedarse sólo con eso. Lo conveniente y necesario, tal como se bosquejó en la lección sobre la Cuestión del Terapeuta, es emprender un camino de perfeccionamiento y búsqueda de conocimientos que lo hagan más idóneo en su oficio.
- En este marco, seguramente habrá ‘un momento singular’ en la camino del Facilitador, mientras prosigue con estudios, investigaciones y experiencias. Ese ‘momento’ se expresará cuando descubra, de un modo vital y palpable, que un proceso para el control del estrés implica, no sólo un conjunto de acciones y prácticas que ayudan a los demás, sino -finalmente- que casi todo se reduce a un eje rector que orientará toda su labor: inculcar un ‘nuevo estilo de vida’ a cada persona que le solicite ayuda. El ritmo vertiginoso de la vida contemporánea, los condicionamientos culturales, las exigencias laborales de ser ‘eficientes’ a como dé lugar y la banalización práctica de los momentos de descanso y esparcimiento, entre otros, generan más escenarios de tensiones, conflictos y angustias, que los que se pueden enumerar en un simple listado sobre las causas del estrés.
Se precisa controlar las situaciones importantes que generan estrés. Es cierto, y es el sentido y razón del presente curso. Pero, más aun, se precisa cultivar estilos de vida saludables, menos tóxicos. Estilos de vida que recuperen la calma, el ocio y el compartir como condición para el bienestar de las personas.
Tal vez sea una utopía. O tal vez algo se pueda intentar al respecto. Las personas disponemos sólo de una vida en este mundo. Más nos vale aprender la ciencia y la habilidad de vivir. De otro modo, algún día nos puede sorprender la noticia de que ‘en vez de vivir digna y armoniosamente’, hemos estado ‘arrastrando’ nuestra propia existencia, sin siquiera darnos cuenta.
Por último, el e-mail del autor del presente curso queda a disposición de los alumnos que quieran realizar consultas y/o solicitar algún material, con la sola condición que todos los correos serán respondidos en el marco del tiempo disponible.